La gran demanda para la Copa del Rey permitió elevar los precios de los hoteles

La gran demanda para la Copa del Rey permitió elevar los precios de los hoteles
QUINTANA. RECOGIDA DE INFRAESTRUCTURA DE LA COPA DEL REY DE BALONCESTO

Todos contentos. Ese es el resumen más fiable de la Copa del Rey de baloncesto celebrada en la ciudad. La hostelería vendió como nunca en febrero y los hoteles lograron uno de sus grandes retos desde hace años, elevar un poco el coste de las pernoctaciones para caminar hacia la verdadera recuperación. Quizá los datos de la ACB sobre el retorno económico inmediato que supuso el campeonato que hablaban de 21 millones de euros fuesen algo excesivos, pero ni a los expertos en este campo de análisis se les escapa que la imagen de marca que se ha creado de A Coruña también tendrá una repercusión a medio y largo plazo.
Los hoteleros y los hosteleros –los servicios de transporte público o el comercio también han variado en distinta medida sus resultados para bien– han sido los grandes beneficiados de un evento deportivo que empezó a gestar el anterior Gobierno local. A título pasado todos los sectores, que siempre solicitan iniciativas que atraigan público a la ciudad, coinciden al asegurar que acoger el campeonato de baloncesto fue un acierto absoluto.

lleno con ausencias
Los hoteles se llenaron al 100% los primeros días y el sector se muestra contento porque esas barreras fijadas por el parón del consumo en los precios por habitación se superaron. “No dispongo de los datos aún pero todos vendimos bastante alto”, afirma el presidente de la Asociación de Hospedaje de A Coruña (Hospeco), Rafael Benito. 
Si bien es cierto que “hubo equipos y seguidores que al quedar eliminados en las primeras rondas se fueron marchando antes de lo previsto”, los establecimientos pudieron revender gran parte de los cuartos disponibles y salvaron la ocupación al final del fin de semana. El consumo en las cafeterías y restaurantes de estos negocios ya fue otra historia, dado que aunque hubo alguna reserva la mayoría de los turistas deportivos prefirieron salir a gastar por la ciudad.
Precisamente por eso los restauradores están “contentos”. Aunque el presidente de la Asociación de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, tendrá tiempo para recopilar datos, en general a todo el mundo le han salido las cuentas “y más en pleno febrero”. 
Benito asegura que los huéspedes se portaron “muy bien” y no hubo ningún percance propio de rivalidades entre aficiones. Respecto a la importancia que tendrá en el futuro la Copa, considera que la imagen que se llevaron los seguidores “parece que fue buena, además el clima les acompañó más o menos”. “Sobre todo los madridistas seguro que se llevan un magnífico recuerdo”, bromea, aunque no hayan gestionado reservas para el verano porque “es pronto”.

un campo de estudio
Y mientras los operarios eliminaban los restos de esta edición –sobre la que el alcalde, Xulio Ferreiro, agradeció ayer el trabajo de Policía Local, Protección Civil y los voluntarios– y se abría al tráfico la calle que separa el Coliseo y Expocoruña, en la Universidad también evaluaban el panorama. El profesor José Manuel Sánchez Santos, del área de Economía Aplicada y experto en medir los efectos de grandes citas deportivas en las cuentas, explica que desde el punto de vista económico “ha sido un evento rentable con un impacto neto positivo”. Tomando como unidades de medida los datos que se han hecho públicos sobre los asistentes y el gasto medio por día de un turista en Galicia, estima el retorno “en unos diez millones de euros” solo lo que han dejado los turistas, algo que difiere del cálculo de 21 de la ACB. Eso sí, no le quita valor a ese balance porque depende de las cifras que maneje la organización e insiste en que los cálculos a todas luces son positivos al devolver la inversión de dos millones con creces. 
“La Copa tiene un doble componente económico: el que se produce en el momento, que es bastante tangible, y la repercusión posterior”, destaca. En este último aspecto Sánchez alude a cálculos de ediciones pasadas, en las que se habló de que 2.700.000 personas vieron solo la final. “En Málaga el impacto mediático se cuantificó en tres millones y medio a sumar al económico que se derivó de los visitantes”, concreta. El docente echa en falta que se hagan auditorías de los campeonatos deportivos para contar con balances reales y no información parcial.

La gran demanda para la Copa del Rey permitió elevar los precios de los hoteles

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