El rural coruñés no sufre robos de cable de cobre desde hace casi seis meses

El rural coruñés no sufre robos de cable de cobre desde 
hace casi seis meses
Una furgoneta de un sospechoso de robo de cobre, con el material en su interior

Durante mucho tiempo, las noticias de robos de cable de cobre estaban a la orden del día: desaparecían tramos enteros de tendido, material de obras e incluso alumbrado público. La mayoría, en zonas rurales, donde es más fácil actuar sin ser descubierto por un testigo casual. Pero el grupo Roca (contra el Robo en el Campo) de la Comandancia de la Guardia Civil asegura que este fenómeno ha ido desapareciendo paulatinamente: “Solo se dan casos de individuos aislados y estos ya no se repiten desde hace casi seis meses”.
Hay que tener en cuenta que el grupo Roca es eminentemente rural: explotaciones agrícolas y ganaderas y casas de aldea, ya sean habitadas o de segunda vivienda). Otras zonas más urbanas, aunque dentro de la jurisdicción de la Guardia Civil, sí han sufrido robos de cable de cobre. Por ejemplo, en noviembre, los guardias de Arteixo detuvieron a un vecino de la zona por haber arrancado 65 kilos de cobre del alumbrado público.
La razón de esta inactividad en el rural, según los agentes del Roca, es que ya hace un año que no actúa “un grupo organizado que trabajaba sistemáticamente” en A Coruña. Se trataba de una banda de rumanos afincados en Portugal sobre la que el equipo de la Guardia Civil centró su atención. Tras muchos viajes desde Portugal en los que acabaron detenidos o simplemente perseguidos y obligados a abandonar sus vehículos en precipitadas huidas, acabaron concluyendo que ya no era rentable actúan en la zona de A Coruña.

robo de aperos
El último hecho atribuible a este grupo se cometió hace ya un año, pero no solo eso: los otros tipos de ladrones de cable telefónico, los que se consideraban locales, ya fueran esporádicos o habituales, también cesaron casi por completo. En el último año solo se contabilizaron cinco hechos aislados que en el pequeño equipo de investigación consideran casi por completo esclarecidos. Ahora, el delito número uno en el rural coruñés es el de los aperos y otros utensilios que se roban para luego venderlos como chatarra. Los inspectores del Roca matizan que eso no significa que hayan aumentado los robos de herramientas.
Pero, como ellos mismos reconocen, la reincidencia es habitual en este tipo de delitos, lo que tiene sus ventajas: basta con que descubran a un sujeto con antecedentes en el marco de una investigación para que se convierta en sospechoso. “Despierta el olfato policial y pocas veces nos equivocamos”, aseguran.
Pero también se sorprende a veces a criminales novatos. Si es así, se benefician de la instrucción de atestados por el procedimiento de juicio urgente porque, aunque requiere un considerable volumen de trabajo en la instrucción de cada caso, permite celebrar el juicio en la misma semana. Si el acusado es hallado culpable, la condena suele quedar atenuada y suspendida a condición de no reincidir en un período de tiempo largo. Este sistema sirve para reencauzar a los nuevos delincuentes e incluso a veteranos.

El rural coruñés no sufre robos de cable de cobre desde hace casi seis meses

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