El proyecto para dragar y regenerar la ría de O Burgo costará 46 millones

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente  dio ayer el último paso que aguardaban los mariscadores de la ría de O Burgo para acabar de creerse que realmente se acometerá el saneamiento del espacio. El departamento publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la salida a exposición pública del Estudio de Impacto Ambiental y el proyecto “Dragado ambiental de los sedimentos de la Ría de O Burgo (A Coruña)” –en base a un acuerdo con la Xunta– cuyo contenido traducido a las obras tendrá un coste de algo más de 46 millones de euros.
La Demarcación de Costas del Ministerio de Medio Ambiente prometió  en la última mesa de los alcaldes y los mariscadores que los documentos estarían en quince días y su publicación tan solo se ha retrasado cuatro días sobre lo previsto. Con el anuncio realizado ayer por el Gobierno central se da respuesta a una demanda de varias décadas que culminará con la retirada de toneladas de lodos y la regeneración de O Burgo.
El texto sobre en el que se basará el plan de obra contempla numerosas actuaciones vinculadas al dragado y analiza desde el tipo de maquinaria pesada que habrá que emplear –alguna de ella con características anfibias– hasta las pasarelas que se construirán para dar servicio a los operarios. Los trabajos al completo se licitarán por 46.308.574,42 euros, si bien es cierto que el cómputo global del presupuesto es de poco más de 31 millones de euros. 
El Gobierno central eleva la cifra al tener en cuenta un 16% de subida por los gastos generales, el 6% de beneficios industriales y el 21% del IVA. 
La mayor partida, alrededor de 24 millones, será para las tareas propias de dragado, para las que está previsto instalar toda una suerte de barreras que eviten la contaminación de los entornos más saneados y, también, la turbidez de las aguas. 
Los lodos contaminados se aislarán en unas balsas para, posteriormente, ser retirados y se realizará una aportación de arenas a la llamada Laguna de Culleredo, situada frente a una urbanización de viviendas de la zona, para mejorar su uso lúdico. En origen está previsto que los mariscadores continúen faenando a pesar de compartir lugar de trabajo con las cuadrillas. 
Esta situación se prolongará al menos 21 meses, que es lo que se fija desde Madrid para finalizar la compleja actuación. Sin embargo, todavía no se dan fechas para tomar la ría y, atendiendo a la partida reservada para esta acción en las cuentas generales del Estado para 2016,  esto no ocurrirá antes de 2017. Para el ejercicio que está a punto de comenzar se ha reservado poco más de un millón de euros con el objetivo de retocar el proyecto con las aportaciones que hagan los interesados durante el período de alegaciones abierto ayer. Además, el objetivo es que se licite y adjudique el saneamiento integral del entorno afectado por la contaminación. Para ello incluso habrá una recogida de bivalvos previa.

sin contaminantes
En el estudio de Impacto Ambiental que acompaña al proyecto se plantea el vertido de los materiales dragados no contaminados en la parte “preferida por las cofradías de pescadores, entre otras razones por estar algo más alejada del Banco de Yacentes”. 
Asimismo, la zona II tiene una mayor profundidad por lo que el relleno no afectaría a la navegación. Más allá de los análisis de puntos como la playa de Santa Cristina, el informe sostiene que hay que favorecer la productividad de los bancos marisqueros pero, al mismo tiempo, “potenciar los usos lúdico-recreativos”. 
En global, según el Ministerio se ha apostado por una “solución integradora que recoge todos los aspectos morfológicos de la ría, su actividad económica y su entorno, estableciendo medidas preventivas y correctoras y un riguroso plan de vigilancia ambiental para una correcta ejecución de dichas actuaciones”.

El proyecto para dragar y regenerar la ría de O Burgo costará 46 millones

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