AGE insiste en que la cortesía parlamentaria es una “carallada”

AGE insiste en que la cortesía parlamentaria es una “carallada”
juan manuel fajardo

El diputado de AGE Juan Manuel Fajardo cree que “en cuanto uno cree que le tienen que llamar señoría tenemos un problema”, pues “la cortesía parlamentaria es una carallada”.

Así se manifiesta en una entrevista con Efe el parlamentario de Esquerda Unida, que concurrió a las elecciones con los nacionalistas de Xosé Manuel Beiras y otros colectivos en la coalición AGE, y que insiste en la “brecha” existente entre políticos y ciudadanía.

“He visto en este Parlamento cómo hay gente que espera que le retire la silla un ujier para sentarse”.

En su opinión, si los ciudadanos conviviesen con los diputados en el Parlamento, “estarían aún más alejados de los políticos” y, así, recuerda que cuando entró en el Ayuntamiento de Vilagarcía pidió que se cambiase el sillón de la alcaldía, porque “ejercía –dijo– una especie de posesión diabólica sobre la gente que se sentaba allí, y gente que era normal se convertía en un tipo raro”.

 

Cambios necesarios

Fajardo cree que en el Parlamento “hay un tema que es tremendamente peligroso: está lleno de alfombras y cuando la gente pisa alfombra o moqueta, pierde el norte. Aquí la gente entra por la rúa do Hórreo siendo un tipo normal y sale siendo una cosa extraña. Eso hay que cambiarlo”, apunta.

Por eso, desde su primera intervención rechazó el término “señoría”, que le “rechina”, igual que le resulta “anacrónico” que haya una persona para llevarles el agua a los diputados o acercarles la silla. “Eso es una especie de mayordomaje que no tiene ningún sentido”.

“O hacemos que venga Iker Jiménez al Parlamento y detecte qué coño pasa aquí o cambiamos las formas, yo creo que hay que cambiar las formas”, dice.

En su opinión, estas circunstancias inciden en la separación entre ciudadanos y políticos, y a alguno de los últimos lo acusa de creerse “diferente del resto de la ciudadanía”, a la que no tratan con indiferencia los que se consideran superiores, sino con “desprecio, absoluto desprecio por la gente del común, les molesta convivir con ellos”.

Esos “políticos títere”, para Fajardo, que no hace referencias expresas, son responsables de la “brecha social” y son capaces de irse al “tea break, con pastas y café a esgalla” mientras un vecino cuenta como el banco se quedó con sus ahorros cuando, al tiempo, no le pagan por la expropiación de su negocio, denuncia.

 

AGE insiste en que la cortesía parlamentaria es una “carallada”

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