El acusado del crimen del holandés sabe “lo que está bien con limitaciones”

El acusado del crimen del holandés sabe “lo que está bien con limitaciones”
Los dos acusados del crimen del holandés en Petín en 2010 Juan Carlos R. G. y Julio R. G. | brais lorenzo (efe)

El principal acusado del crimen del holandés en Petín (Ourense) en 2010, Juan Carlos R.G. presenta un cuadro médico que se corresponde con un “retraso mental leve” lo que le permitía distinguir “lo que está bien y lo que está mal” y, por tanto, concluir que “disparar una escopeta estaba mal” pero no es capaz “de analizar las consecuencias” de lo que supuestamente hizo ni de urdir un plan.
Es la conclusión que han trasladado los dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal (Imelga) durante la celebración de la vista oral que acoge la Audiencia Provincial de Ourense por la muerte del ciudadano holandés, en la que también concretaron que el presunto autor “tiene limitadas” las formas de actuar y, sobre todo, “tiene afectada la capacidad de valorar las consecuencias”.
A preguntas formuladas por las partes, los dos especialistas descartaron que el acusado fuese capaz de urdir un plan o ponerse de acuerdo para disparar al holandés y pactar con el otro acusado y consideraron más probable que estas personas “ante cualquier adversidad, contratiempo, reaccionen de forma explosiva”. Según sus informes, el principal acusado padece un retraso mental leve, que le permite tener ciertas “capacidades intelectuales” pese a su discapacidad del 64 por ciento aunque con ciertas “limitaciones” en cuanto a que era una persona que “no tiene iniciativa propia” o capacidad para poder “desenvolverse fuera de su miedo” por lo que el grado de “influenciabilidad” sería mayor. Estas personas “necesitan que les digan lo que tienen que hacer”, ha resumido el forense.
Durante esta jornada, el fiscal del caso, Miguel Ruiz, defendió la hipótesis de que este hubiese disparado al holandés a raíz de la presión que había en “el entorno familiar”, marcado por “las desavenencias” y discusiones, así como denuncias mutuas que había entre la víctima y que, para el acusado, “tiene otro significado”, según el fiscal, a la hora de decidir actuar. Todo los testigos que prestaron ayer declaración coincidieron en que esos días Martín se encontraba triste y una mujer relató que ese día “llegó a su oficina apagado.y muy triste”, presuntamente por las desavenencias que mantenía con los vecinos por diferentes cuestiones, hasta el punto de que el alcalde de Petín, Miguel Bautista, llegó a pedirle todo “por escrito”, según manifestó en su declaración.
Precisamente, un vecino de la zona aseguró que el propio ciudadano holandés llegó a contarle que esos años antes de su ­desaparición “se sentía acosado en el pueblo por el clan” en alusión a la familia, en concreto con el padre, Manolo O Gafas, la mujer y sus hijos. l

El acusado del crimen del holandés sabe “lo que está bien con limitaciones”

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