El Ayuntamiento continúa con su cruzada contra los grafitis que plagan el centro de la ciudad. De momento, y según fuentes municipales, la Policía Local ha conseguido fichar a cerca de 50 grafiteros “reincidentes” en lo que va de año, jóvenes a los que los agentes municipales han sorprendido en muchos casos espray en mano en el acto de decorar una fachada o la puerta de algún edificio. Todos sus datos pasan a engrosar el fichero que el Ayuntamiento está elaborando para emplear contra estos polémicos artistas callejeros.
Y es que el fenómeno sigue vigente. El pasado sábado, la Policía Local descubrió a dos pandillas realizando pintadas. Una de ellas, a las ocho de la tarde en la calle Picos, situada entre la del Orzán y la de san Andrés. En este caso, eran tres jóvenes los implicados. La grafitera, de 17 años, realizaba su obra mientras que sus compañeros, un joven de 18 años y otra de 20 lo contemplaban. Esta última, también lo graban con una cámara digital. “Es algo que hacen mucho –explicaron fuentes policiales– porque luego lo comparten con los amigos a través de las redes sociales”. En este caso no pudo ser así porque la cámara, y su contenido, pasó a formar parte de las pruebas a disposición judicial, junto con el aerosol.
Porque todos los hechos se pusieron en conocimiento de la autoridad judicial, y se les ha imputado una infracción penal de daños y deslucimiento del inmueble. Además, la menor fue denunciada por infringir la ordenanza municipal de gestión de residuos y limpieza viaria, siguiendo la táctica que se implantó tras la llegada del José Antonio Brandariz a la Jefatura de al Policía Local, que consiste en llevar esta clase de infracciones al juzgado para que consten en el expediente del sujeto, de manera que el castigo sea más grave cada vez que reincida. En cuanto a la menor, fue entregada a sus padres.
quejas vecinales
El Ayuntamiento comenzó a adoptar estas medidas después de recibir una serie de quejas continuadas de las asociaciones de vecinos y comerciantes del centro de la ciudad. Especialmente, de la Ensenada del Orzán, cuya presidenta, Aure López, se quejaba de que las pintadas llegaban ya a la fachada de los primeros pisos de los inmuebles, mientras que la asociación de comerciantes Área Obelisco denunciaba que sus miembros encontraban las rejas de sus locales cubiertos de pintadas.
El problema es que, a pesar de los daños que causa a los propietarios de los inmuebles perjudicados, que a veces tienen que gastarse miles de euros para repintar las fachadas, hacer grafitis es una simple falta y para convertirse en delito debe probarse que se realiza de manera continuada. De ahí que de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, de la que es titular Julio Flores, saliera la idea de un fichero. Y es que el delito prescribe en seis meses, por lo que el catálogo tendrá que estar actualizado cada cierto tiempo para que sea útil. Incluso se está planteando que la Policía Nacional ayude en este problema aportando sus peritos caligráficos.