Carlos Fernández: agallas, precisión y carambola

Carlos Fernández: agallas, precisión y carambola
28 mayo 2019.F..tbol Segunda Divisi..n..Temporada 2018-2019.Deportivo - Mallorca 1-0

A sus 23 años recién cumplidos (nació el 22 de mayo de 1996), el delantero Carlos Fernández asumió en el partido entre su equipo, el Depor, y el Mallorca una final para el conjunto coruñés, la responsabilidad de lanzar una pena máxima que puede ser clave en la lucha por acceder a la promoción de ascenso.

El delantero cedido por el Sevilla no se encogió y en el tiempo de descuento aceptó el reto de una ejecución decisiva: si fallaba, el Mallorca sería equipo de promoción de ascenso y el Deportivo apenas tendría vida en la batalla por las seis primeras posiciones de LaLiga 1/2/3.

Golpeó el balón con contundencia y, aunque el portero del equipo balear, Manolo Reina, acertó hacia dónde tirarse, no pudo interceptarlo por la colocación y la fuerza con que el esférico acabó en el fondo de la red.

“En esa situación tienes que tranquilizarte, saber claro a dónde tirar, eso es lo más importante”, comentó tras el partido.

Su compañero Dani Giménez destacó “las agallas” que tuvo Carlos para lanzar el penalti y su técnico, José Luis Martí, elogió el “disparo seco, duro” del internacional sub-21, que confió “en sus posibilidades” y se echó “el equipo a la espalda”.

Además de la precisión en el disparo y de la valentía de Carlos Fernández, hubo carambola.
Primero, porque quien provocó el penalti, Matías Nahuel, había entrado en el terreno de juego minutos antes por la lesión de Quique; y segundo, porque ese contratiempo hizo que la responsabilidad de disparar recayera en el jugador andaluz, que estaba por detrás del vallisoletano en el orden establecido previamente por el técnico.

El venezolano Christian Santos también quiso ejecutarlo, pero las instrucciones previas se impusieron: “Durante la semana lo teníamos claro: primero Quique, luego Carlos. Quique no estaba en el campo y Carlos asumió la responsabilidad”, aseguró el preparador deportivista.

Fernández no se puso nervioso, marcó y lo celebró con euforia porque el Depor dejaba atrás una racha de cuatro meses sin ganar como local y porque ese gol le ayuda a compensar también lo mal que lo ha pasado desde que las lesiones empezaron a cortar su progresión a principios de diciembre.

Carlos Fernández: agallas, precisión y carambola

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