Estudió Bellas Artes, cantaba en el coro de la OSG y ahora, “cuando me dejan”, bromea, lo hace junto a los miembros del coro GAOS. Su vinculación con el mundo de arte y la escena ya estaba ahí cuando decidió probar suerte en el campo de la escenografía. La joven coruñesa Ana Inés Jabares Pita, de 26 años, decidió completar su formación con un master en esta especialidad y para ello, eligió la cosmopolita Londres. Una vez finalizados sus estudios se dio un margen: un año. Doce meses en los que probaría en la escenografía. “Y si no me va bien, es que no valgo para esto”, se dijo.
Como respuesta a esta “conversación” personal, ha encontrado el Premio Internacional de Escenografía que concede Reino Unido, que se le ha entregado recientemente. La joven coruñesa ha destacado por encima de todos sus competidores por la creatividad de su obra y la originalidad de su propuesta. Estos días, de vacaciones desde su ciudad natal, recuerda cómo ha sido este proceso.
“Lo primero que te piden es un portfolio con todos los trabajos que has realizado. Ahí llega la primera selección de candidatos. Después, tuvimos entrevistas con tres miembros del jurado, que son los mejores escenógrafos del momento”, señala con orgullo. De hecho, el diseñador del Royan Ballet de Londres o la responsable de la clausura de los últimos Juegos Olímpicos fueron los encargados de valorar sus propuestas.
Pasado también este cortafuego, Jabares comenzó a trabajar, como el resto de los 12 candidatos seleccionados, con una de las cuatro compañías inglesas participantes en este concurso. “A mí me eligió el Teatro Nacional de Escocia, con quienes trabajé durante dos meses”, apunta.
Su tarea: diseñar el decorado de la obra que pondría en escena la novela “Driver’s seat” de Muriel Spark. Una vez realizada la propuesta, se exhibió durante meses en el Teatro Nacional de Londres, y después tuvo que volver a defender su trabajo ante los jueces y el director de la obra.
En esta segunda exposición fue cuando logró el gran reconocimiento del jurado. De los tres competidores por el Teatro Nacional de Escocia, ella fue la elegida. Pero también lo fue en la competición global, enfrentándose a los trabajos de sus otros 11 compañeros.
Propuesta original
“El jurado me dijo que había ganado porque yo era la única persona de los 12 que tenía una obra de teatro en la cabeza, y no solo un bonito decorado”, recuerda la joven coruñesa. Dice que su gran inspiración vino de poder ver el trabajo diario del director de la obra. “En un trabajo a tiempo real no puedes ver el proceso, pero gracias a esa forma de trabajar pude escuchar lo que decía e introducir las referencias de Bellas Artes y arte contemporáneo” explica sobre su trabajo creativo.
Un proceso nada fácil ni usual, pues la obra sobre la que tenía que trabajar, no solo presentaba una historia “un tanto oscura y siniestra”, cuenta Jabares, sino que avanza primero el desenlace y, con posterioridad, narra el desarrollo. Por ello, la joven apostó por una escenografía diferente, tanto que conquistó con amplia ventaja al jurado.
Y es que en ella, en su propuesta escénica, quiso incluir datos que conocía de la propia escritora, como que, en la vida real, había trabajado para los servicios de espionaje británicos. “Aproveché esta información y ambiente la escena en un teatro de Glasgow, que antes era una estación de tren. Me gustó la vinculación de una estación con el espionaje e ideé una oficina de espías”, cuenta con emoción sobre su trabajo.
Una escena cambiante, acorde con una historia que trastoca y cambia al lector/espectador el hilo narrativo de la historia. “Al principio solo ves una oficina, y luego todo se va transformando” explica la creativa.
Un mismo espacio, tres ambientes, un tren que se transforma en almacén con un mínimo giro de unas mesas y unas sillas... una escenografía que invita al espectador a usar la imaginación y seguir la truculenta historia del guión con otros ojos. Así es la propuesta de la joven coruñesa que, insegura ante el futuro que le depara la escenografía, comienza a recibir los primeros reconocimientos de figuras de primer orden. “Estoy en el principio”, afirma con humildad.