La eventual salida de Grecia de la zona euro podría costar al Estado español hasta 39.500 millones de euros, según un estudio elaborado por una escuela de negocios francesa y divulgado ayer.
El análisis –encabezado por el director de investigaciones de la escuela Ieseg de Lille (norte de Francia), Eric Dor– estima que si Grecia abandona la moneda única gran parte de su deuda soberana quedará sin pagar, lo que provocará importantes pérdidas para el resto de socios de la eurozona.
Estas vendrían derivadas de préstamos bilaterales y a través del fondo de rescate europeo que los Estados miembros han ofrecido a Grecia, así como de la deuda helena en manos del Banco Central Europeo y la carga acumulada mediante la plataforma de pagos centralizada para valores Target2 Securities Programme.
En el caso de los préstamos bilaterales, vinculados al primer programa de rescate de Grecia, la exposición española es de 6.700 millones de euros, advierte Dor.
Mientras, en los articulados a través de mecanismos europeos como el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, en inglés) a España le correspondería una cuota del 12,75% del total, según el estudio.
En total, España podría tener que hacerse cargo de hasta 13.800 millones de euros por esa vía, a los que se sumarían otros 13.300 en Target2.
A esas cifras se añadirían hasta 5.700 millones que le corresponderían a España por el posible impago de bonos griegos en posesión del Banco Central Europeo y el consiguiente reparto de esa carga entre los Estados miembros en caso de quiebra griega, señala el documento.
El estudio de Dor asume que, de producirse una salida griega de la moneda, la nueva divisa helena estaría fuertemente depreciada y el país se vería abocado al impago de cualquier deuda soberana contraída previamente en euros.
Por otro lado, el Reino Unido entraría en una segunda recesión de hasta dos años de duración y de similar magnitud a la sufrida en 2008 si Grecia sale de la eurozona, según argumentó el presidente de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica, Robert Chote.
Las desestabilización de la eurozona que conllevaría una salida precipitada de Grecia de la zona euro también tendría serias consecuencias en la economía británica, que podría verse afectada de forma permanente, aseguró Chote al diario británico “The Guardian”.
La contracción económica podría alcanzar el siete por ciento, una cifra que se alcanzó en la recesión registrada en el Reino Unido entre 2008 y 2009, y prolongarse durante hasta dos años, de acuerdo con los cálculos de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria.
Asimismo, la tasa de paro ascendería hasta el once por ciento y la deuda del Reino Unido sobrepasaría la barrera del 90 por ciento del PIB.