Ahora a por la carambola

Ahora a por la carambola
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El Derportivo tenía que ganar y ganó. Lo tendrá igual de complicado en la última jornada, en la que intentará sacar algo positivo del Camp Nou para no descender, pero el ‘esperado’ empate del Eibar en Getafe y la victoria del Granada en Anoeta complican la existencia de los blanquiazules en la máxima categoría.

Al menos, y por fin, el equipo coruñés venció en su estadio y pudo dedicarle una victoria a la afición coruñesa, que se comerá las pocas uñas que le quedan en la última jornada liguera.
El Depor salió mandón al terreno de juego, de manera acorde con lo que se jugaba. Los coruñeses se erigieron en dominadores del encuentro desde los primeros segundos y lo controlaron hasta el final.
Al segundo minuto ya creaba peligro por mediación de Salomao, con su primera internada. El trabajo de Víctor durante la semana se plasmaba con este tipo de acciones, buscando la espalda de los laterales y el espacio libre entre estos y los centrales.
A los nueve tenía que entrar Juan Domínguez en el campo por la lesión de Manuel Pablo. Contratiempo importante. El entrenador herculino recompuso líneas y el Depor siguió a lo suyo, a dominar la pelota.
En el 13 Oriol Riera entraba en fuera de juego a un balón servido desde la media. Se intuían las intenciones. El equipo coruñés seguía mandando y buscando el fruto.
Este llegó en una falta lateral botada por Lucas Pérez que encontró continuidad en Alberto Lopo. En central saltó para rematar con el exterior del pie, con toda la fuerza de Riazor, y anotó el 1-0 ante el estallido de júbilo del deportivismo. Era el minuto 20 de partido y el equipo herculino, por primera vez en muchos encuentros, se ponía por delante en el marcador, algo que había que conservar a toda costa.
Los blanquiazules continuaron con el repertorio de dominio claro, aunque los nervios provocaban alguna que otra imprecisión en forma de balones perdidos o mal despejados. El Levante tampoco tenía su tarde más acertada en este sentido. Tras varios minutos sin acciones de mención, ya en el 40, llegaba una internada por la banda de Salomao, que casi se cantaba como gol, y dos córners seguidos para embotellar al Levante en su área. No obstante fue el equipo visitante el que acabó el primer periodo con la posesión de la pelota, eso sí, sin crear peligro. Con el 1-0, el partido controlado, pero muchísimos nervios, se llegaba al descanso.
Era una tarde de transistores y la segunda parte comenzó con malas noticias en Riazor porque los rivales comenzaban a puntuar. Parece que hasta el Depor se contagió en la vuelta al terreno de juego porque dejó crecer al Levante, que comenzó a igualar la posesión de la pelota. Tardó quince minutos el equipo de Víctor en desperezarse y empezar a jugar de nuevo, en parte por los cambios del entrenador coruñés, que reactivaron al Depor.
Los blanquiazules volvieron a dominar al cuadro visitante. En el 67 Juan Domínguez estaba a punto de marcar de cabeza. El equipo quería la sentencia. Lucas tuvo la ocasión en el 74 pero su disparo se fue a las nubes. El que no falló fue Juanfran, quien con la pierna zurda conectó un chut perfectamente colocado para batir a Mariño y poner el definitivo 2-0 en el 79.
El Depor cerró el partido y esperó el final de los resultados en otros campos. Sabe que, por los vericuetos de la jornada tendrá que puntuar, casi con toda seguridad, en el Camp Nou. Es lo que le queda. O una verdadera carambola liguera. n

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