Cerca de 200 jóvenes asistieron al que quizá sea el último botellón que se celebre en Mendez Núñez

Cerca de 200 jóvenes asistieron al que quizá sea el último botellón que se celebre en Mendez Núñez
Los jóvenes se congregan en torno a la fuente de Méndez Núñez

Cerca de 200 jóvenes se dieron cita en la noche del domingo al lunes en los jardines de Méndez Núñez para participar en el que será el último o, por lo menos, uno de los últimos botellones que se celebran en el emblemático parque, si se cumplen las previsiones de la alcaldesa, Inés Rey. El ambiente de ayer fue muy tranquilo y se veían jóvenes ataviados con sus mejores galas, como si fuera una reedición de la Nochevieja. Además, tampoco se vieron importunados por la presencia constante de la Policía Local, que en las últimas semanas había destacado patrullas de manera permanente para mantener la presión sobre los jóvenes bebedores.  

La escasa presencia de bebedores puede atribuirse a que muchos universitarios no han vuelto todavía a la ciudad de regreso de las vacaciones, puesto que las clases no empezaban hasta hoy. Conviene recordar que en Nochevieja tampoco se recogió una cantidad de basura significativa: menos de una tonelada lo que supone una cifra inferior a algunos de los sábados del curso escolar.

Un dispositivo especial del servicio de recogida de basura se encarga de retirar los desperdicios desde primeras horas de la mañana, pero la alcaldesa considera que esa clase de comportamientos en una zona histórica de la ciudad es inaceptable, así que  “Se acabarán esas imágenes terribles de los jardines de Méndez Núñez llenos de basura”.

Vandalismo

No solo se trata de basura. Los jardines tienen que soportar a menudo el vandalismo de los jóvenes embriagados, y particularmente el reloj floral, que periódicamente aparecer con las agujas dobladas, supuestamente porque algún estudiante considera divertido subirse a una de ellas. En ocasiones, las doblan para probar su fuerza. La última vez que ocurrió eso fue en Nochevieja.

La zona está protegida en teoría por una cámara de seguridad, que fue instalada por el gobierno de Carlos Negreira poco tiempo después de que el botellón se trasladara a los jardines desde la plaza del Humor, hace más de diez años. Gracias a este sistema se sancionó a algún vándalo. Pero hace cuatro ue la cámara se estropeó, y nunca fue reparada. Desde el Ayuntamiento señalan que esperan poder aprobar los presupuestos para poder realizar los arreglos necesarios.

ZEP

Rey pretende acabar con todo esto declarando los jardines de Méndez Núñez como Zona de Especial Protección (ZEP), una figura creada por el Gobierno de Javier Losada precisamente con este fin, y que fue conocida en su día como la “ordenanza antibotellón”. La normativa faculta a la Policía Local a disolver las reuniones demasiado ruidosas.

Por ahora, solo la plaza del Humor y la de Azcárraga contaban con esta protección, pero esta semana se sumará a la lista los jardines de Méndez Núñez. O, por lo menos, eso es lo que espera la alcaldesa. Qué es lo que ocurrirá a partir de entonces, no está claro, pero los vecinos del Orzán ya han expresado temor.

En efecto, desde hace años se concentran en la pequeña calle Vista, situada entre el Orzán y San Andrés, un grupo numeroso de jóvenes que se arremolinan en torno a algunos locales, pero que a veces ni siquiera son clientes: simplemente traer alcohol, y se sientan en los portales cercanos para disfrutar del ambiente. La asociación de vecinos Ensenada del Orzán, que ha protestado muchas veces por este motivo, teme que allí vaya el botellón.

Cerca de 200 jóvenes asistieron al que quizá sea el último botellón que se celebre en Mendez Núñez

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