La larga trayectoria del acueducto de la ciudad, que recorrió 300 años desde San Pedro de Visma hasta la Fuente de San Andrés

La larga trayectoria del acueducto de la ciudad, que recorrió 300 años desde San Pedro de Visma hasta la Fuente de San Andrés

Cualquiera que camine por el Paseo de los Puentes puede admirar los restos del acueducto de la ciudad e imaginarse por su tamaño lo vital que fue para A Coruña. En el siglo XVIII nació esta importante obra hidráulica que traería el agua desde los manantiales de San Pedro de Visma a la ciudad desde 1723 hasta 1966. Levantada por encima de la cota del terreno y finaliza a la altura de la muralla de fortificación que cerraba la Pescadería, en lo que hoy es la calle de Juana de Vega, el agua pasaba por los regatos de barro que se alojaban sobre los muros hechos de mampostería en su parte superior.

Esta obra se efectúa bajo la dirección del ingeniero militar Francisco Montaigú, y en la cual colaboran Francisco de Velasco y Fernando Casas Novoa, se llevó a cabo entre los años 1722 y 1726, y fue una de las obras urbanas más importantes de Galicia en el siglo XVIII, y la única de su género que en parte se conserva en la región. El 16 de diciembre de 1750 el Ingeniero Francisco de Llobet, trazó un plano específico acerca de cómo debía quedar la disposición de la obra de la cañería de la traída de aguas a esta ciudad, a fin de salvar la bajada y subida que hace el Foso del Frente de la Pescadería, de manera que no supusiera un obstáculo a la misma fortificación.

El acueducto atravesaba por San Pedro de Visma y Santa Margarita, llevando el agua desde aquel manantial a la Pescadería, discurría por la parte superior del acueducto y contaba con unas divisiones de piedra de tramo en tramo, que sobresalían a ambos lados del acueducto y se cerraban con una puerta en reja de hierro que daban acceso al cauce por el cual discurría el agua y que tenía por objeto el saneamiento de las aguas.

Recorrido

Pasando por el actual Paseo de los Puentes, atravesaba el lugar de Paio Mouro, entre Fernando Macías y Alfredo Vicente, se metía por el callejón de Cristales y terminaba en Juana de Vega, después de atravesar la actual plaza de Pontevedra, aquel caudal de agua se veía reforzado por las aguas que se traían de los manantiales de Vioño para abastecimiento de la ciudad. El viaje del agua del manantial de San Pedro finalizaba después de pasar la muralla de la defensa entre las puertas de la Torre de Arriba y de la Torre de Abajo, en la antigua Fuente de San Andrés. Durante su recorrido, el acueducto contaba con amplias arcadas que se abrían de tramo en tramo y cuyo objetivo era permitir el paso a personas y sus caravanas. El trayecto finalizaba después de pasar la muralla de la defensa entre las puertas de la Torre de Arriba y de la Torre de Abajo, en la antigua Fuente de San Andrés.

Hoy todavía se puede apreciar parte de la antigua muralla, salvando el desnivel que había entre lo que hoy es la Ronda de Nelle y el Camino de Carballo, hoy Avenida de Finisterre, para ir paralelo a la misma y alcanzando la muralla de la Pescadería, en Juana de Vega. Los restos que se conservan son escasos: el manantial de San Pedro de Visma en su prolongación en la calle del Monasterio de Caaveiro, donde se haya la arqueta a la que confluían las aguas que venían de los manantiales de San Pedro y que posteriormente se canalizaban por aquel acueducto hacia la ciudad.

En 1872, debido al desarrollo urbanístico, se inicia la demolición. Por suerte quedó para la memoria de la ciudad un buen lienzo de aquel acueducto que es el que se puede contemplar hoy en día.

La Fuente de los Romanos

El manantial de los Romanos o de los Frailes esta situado en la parroquia de San Pedro de Visma, antes ayuntamiento de Oza. Eran uno de los manantiales principales de donde se surtió de agua la ciudad desde 1723 hasta 1966. Este manantial de los Frailes es el único que pervive, después de haber sido arrasado el de la Braña. Siendo conocido también como la Fuente de los Romanos por creerse que fue una obra por ellos realizada en el manantial y también de los Frailes, por ir a dicho lugar para su aseo.

El manantial conserva todavía una hermosa bóveda de cañón totalmente en cantería, pero el lugar está abandonado por la administración y lleno de escombros y vegetación. Su bóveda en el interior permanece intacta a simple vista desde el exterior. Los bancos se sitúan a la izquierda y derecha de la base de la bóveda, la entrada contaba con una puerta de hierro que desapareció en el verano de 2010.

La obra de esta manantial se le considera único en Galicia, tanto por su longitud como por su envergadura y máxime cuando este manantial es la memoria de la propia ciudad coruñesa en cuanto al suministro del agua por más de 240 años en los casi 300 años de su existencia, de donde mana un agua abundante y cristalina. Se cuide y acondicione el lugar para hacer justicia a la historia del viaje de las aguas a la Coruña.

La larga trayectoria del acueducto de la ciudad, que recorrió 300 años desde San Pedro de Visma hasta la Fuente de San Andrés

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