El Fabril está en horas bajas

El Fabril está en horas bajas
Quique Fornos (d) empezó el partido de central junto a One y lo acabó de lateral cuando Munúa retiró a Blas | realmadrid

Cuatro partidos sin ganar -dos empates y dos derrotas- son suficientes para afirmar que un equipo que, de 23 jornadas, ha estado en 13 de ellas en uno de los dos primeros puestos, se encuentra en horas bajas. El Fabril perdió contra un Castilla que fue mejor pese a quedarse con diez en el minuto 52. Tenía el trabajo hecho.
Los mejores minutos del equipo de Gustavo Munúa fueron los quince primeros, en los que supo tener el balón, en los que llegó a tener cierta profundidad y en los que evitó que el Castilla se acercarse con peligro a la portería de Francis, uno de los desafortunados protagonistas del partido.
Hasta superada la media hora no se alteró el marcador. Un centro desde la izquierda de Reguilón tras un gran conducción de Óscar encontró la cabeza de Quezada, que entraba de segunda línea, para anotar el 1-0 ante la cercana mirada de Queijeiro.
El mazazo fue tal para el Fabril que tres minutos después volvió a ser abofeteado. Francis cometió, probablemente, su error más grave de la temporada. Se bloqueó tras una cesión pese a tener tiempo suficiente para actuar. Decidió maniobrar con un recorte ante la presión de Cristo y la jugada no le pudo salir peor. Le dejó la bola en bandeja al punta del Real Madrid, que se hizo con ella en el área pequeña y marcó a placer.
El plan de reacción de Munúa tras el descanso fue variar el sistema. Pasó de 4-3-3, en el que Queijeiro ejercía de mediocentro y Edu Expósito y Romay de interiores, con Galán en derecha, Pinchi en izquierda y Uxío en punta, a 4-4-2. El sacrificado fue Romay, un futbolista que no lo había hecho mal en el primer tiempo, y Jardel saltó al campo para formar pareja avanzada con Uxío.

Expulsión de Reguilón
Un calentón de Reguilón con Blas que se resolvió con una tarjeta amarilla para cada uno terminó, minutos después (52), con la expulsión del lateral izquierdo del Castilla por una segunda amonestación más que justa. Parecía que el destino le ofrecía un pequeño empujón a la reacción del Fabril, pero nada más lejos de la realidad. El equipo de Munúa pasó a administrar el balón mediante posesiones largas, pero se olvidó de las vigilancias y de que el Castilla tiene puñales en ataque.
El filial del Madrid que entrena Santi Solari jugó, paradójicamente, mejor en inferioridad numérica que en el once contra once. Consiguió hacer mucho daño en varios contraataques y, aunque el Fabril, como era lógico, consiguió pisar área, estuvo más cerca el 3-0 que el 1-2.
Uxío protagonizó una de las grandes ocasiones del Fabril, aunque no la más clara, superado el ecuador de la segunda parte, cuando llegó demasiado forzado a una falta lateral ejecutada por su compañero Diego Caballo desde el perfil derecho. Su pareja en la delantera, Jardel, solo llamó la atención por un par de arrancas que no terminaron en buen puerto y no protagonizó ninguna situación de gol.

Los juveniles
Con 2-0 en contra y con superioridad numérica, Gustavo Munúa sufrió una ataque de entrenador. Decidió sacar al lateral derecho Blas y al delantero Uxío para dar entrada a dos juveniles –el mediocentro Ortu y el delantero Pedro Alves– con los que intentar la remontada. El Fabril volvió a cambiar de sistema, quedándose con línea de tres en defensa (Fornos en derecha, One central y Caballo lateral izquierdo). El incorporado Pedro desperdició la ocasión más clara del partido para el Fabril en un remate de cabeza a bocajarro picado en exceso. 2-0 y el Fabril en horas bajas.

El Fabril está en horas bajas

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