La DGT instalará radares de tramo en la bifurcación de la Tercera Ronda

La DGT instalará radares de tramo en la bifurcación de la Tercera Ronda
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Hace solo tres días que la Tercera Ronda está abierta al tráfico  pero ya son miles de conductores los que han circulado por esta vía de alta capacidad por la que se espera que viajen 50.000 vehículos diarios a 80 kilómetros por hora. La sensación de poder llegar hasta el centro de la ciudad manteniendo el pie del acelerador resulta extraña para muchos, pero es mejor no acostumbrarse: la DGT piensa instalar próximamente dos radares de tramo en la nueva vía, justo en el punto en el que se bifurca en dos ramales: uno con destino a Marineda City y otro, hacia la gran rotonda de San Cristóbal.
Según fuentes de Tráfico, los técnicos ya están preparando la instalación. Corre prisa porque se trata de un punto difícil, que está llamado a convertirse en un punto negro si no se toman las debidas precauciones. No hay que achacarlo a un fallo de planificación: el trazado de la Tercera Ronda es tortuoso porque la orografía del terreno ha exigido la instalación de viaductos y falsos túneles para poder salvar los desniveles de terreno, como el viaducto de Pocomaco, de 430 metros, el de Lonzas, de 445 o del Mesoiro, de 105.
Además, están los  obstáculos que esta autovía urbana ha tenido que evitar. No solo los pequeños núcleos de población, sino los yacimientos arqueológicos como el Castro de Elviña, las torres de las líneas de alta tensión o la línea férrea del AVE. Todo ello  ha obligado a los ingenieros a levantar una vía compleja que llega a entrecruzarse a la altura de As Rañas. Es en puntos como ésos donde los técnicos de Tráfico contemplan el mayor peligro para los conductores si circulan a velocidades inadecuadas, así que la DGT ha decidido poner la venda antes de la herida.

excesos de velocidad
De hecho, aunque los accidentes graves han sido muy escasos, las estadísticas de la Policía Local ya habían percibido ya varios excesos de velocidad en el tramo de la Tercera Ronda que lleva en servicio desde 2011. Fue allí donde se batió el “récord” de velocidad en el municipio de 2013, cuando se detectó en dos ocasiones  a un turismo circulando a 134 kilómetros por hora en sentido entrada a la ciudad, en una zona de 80 kilómetros por hora. Comportamientos como ésos pueden ser muy peligrosos en los nuevos tramos que están ahora abiertos al público.
De todos modos, no será la Policía Local la que se encargue de la vigilancia: un acuerdo entre la DGT y el Ayuntamiento señala que la jurisdicción de los agentes municipales no va más allá del letrero que señala el nombre de la ciudad, lo que en el caso del ramal de San Cristóbal supone que casi todo el recorrido está a cargo de los agentes de la Agrupación de Tráfico.
Todavía se está a la espera del acuerdo final entre la DGT y el Ayuntamiento, que podría firmarse a finales de este mes. Sin embargo, policías locales y guardias civiles patrullan ya la Tercera Ronda.

La DGT instalará radares de tramo en la bifurcación de la Tercera Ronda

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