“Arima”, el nuevo cine gallego y en femenino

“Arima”, el nuevo cine gallego y en femenino
Fotograma de la película “Arima”, dirigida por Jaoine Camborda | efe

l cine gallego sigue dando muestras de su vitalidad con “Arima”, ópera prima de Jaoine Camborda ambientada en la Galicia rural que reivindica “una nueva forma de mirar” en la que confluyen lo real y lo imaginario y que llega a los cines el próximo viernes.

Impregnada de misterio y onirismo, “Arima” es la historia de cuatro mujeres y una niña cuya existencia se ve alterada por la llegada de dos forasteros y en la que lo que ocurre fuera de campo propulsa toda una catarata de deseos ocultos, recuerdos y nostalgias.

Nacida en San Sebastián en 1983, Camborda se estableció en Galicia hace una década y su trabajo se encuadra en lo que se conoce como Novo Cinema Gallego, una nueva generación de directores con vocación autoral e historias que conectan lo local con lo universal.

Su cabeza más visible es Oliver Laxe, que acaba de pasar por los Goya con “O que arde” nominada en las principales categorías. “El triunfo de una película como ‘Lo que arde’ nos ayuda a todas, todas ganamos con Oliver en los Goya”, dice Camborda.

La cineasta y también productora de su película suscribe una a una las palabras que pronunció durante la gala de los Goya Pedro Almodóvar, al pedir protección del Estado para el cine de autor independiente, el que se hace al margen de las televisiones y las plataformas.

“Ahora con las plataformas cada vez es más difícil hacer un cine más libre y sensible y menos homogéneo, la heterogeneidad hay que cuidarla”, opina Camborda, ganadora del premio a la mejor dirección en la sección Nuevas Olas del Festival de Cine Europeo de Sevilla.

“Arima” significa ‘alma’ en euskera pero en su película es un lugar, un piano bar de pueblo con aires ‘lynchianos’ donde se reúnen espíritus solitarios que arrastran sus propios fantasmas.

 

Influencias de Lynch y Bergman

“La influencia de Lynch está sobre todo en el bar pero hay otros autores, sobre todo ‘Persona’ de Bergman”, señala la autora, “porque esta película propone un juego de espejos entre personajes”.

El origen del guión es una escena, que está en el montaje final, en la que una niña juega a ser adulta, maquillándose y poniéndose bolas de papel en el pecho. “Esa escena contenía algo de ese juego y esa confusión entre lo real y lo imaginado que empapa a todos los personajes”, subraya Camborda. La infancia como paraíso perdido y añorado por los adultos.

Como mujer cineasta, Cambroda opina que hay que seguir luchando por la igualdad. “Incluso en Galicia somos muy pocas las mujeres; tengo grandes compañeras luchando con primeras películas pero en primera línea de visibilidad somos pocas aún”, señala.

“Arima”, el nuevo cine gallego y en femenino

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