El fiscal mantiene la acusación contra los aparejadores municipales de Ferrol

La jueza sustituta del Penal 2, Marta Guillemet, dejó vista para sentencia ayer, tras dos jornadas de juicio, la causa que se sigue contra los aparejadores municipales M.M.P.O. y D.C.M, así como contra el también arquitecto técnico F.J.M.M., contratado por el Concello de Ferrol para la obra denominada “rehabilitación de la fachada y cubierta del edificio principal del acuartelamiento Sánchez Aguilera”. En el curso de dicho trabajo, en noviembre de 2010, un operario resultó con lesiones al caerse desde un tejado por la ausencia de medidas de seguridad y, supuestamente, tampoco se utilizó prevención alguna en la manipulación de planchas de fibrocemento –uralitas– que eran lavadas y cortadas con una radial.
La Fiscalía considera que los tres son autores de un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de lesiones por imprudencia, y solicita que se les impongan penas de 16 meses de prisión, inhabilitación especial para el ejercicio de dirección de obras en trabajos de altura y en los que se manipule amianto por un período de dos años, multas de 3.000 euros y el abono de 19.065 euros, de forma conjunta, en concepto de responsabilidad civil, de la que tendrán que responder directamente la compañía Mapfre y de forma subsidiaria el Concello de Ferrol.
En la segunda sesión del juicio celebrada ayer prestó declaración un testigo que había quedado pendiente, un técnico del Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral, que dijo que su participación en el caso se había limitado a acompañar a la inspectora de trabajo en la visita a las obras y realizar unas fotos.
En la presentación de las conclusiones, el fiscal manifestó que  a lo largo de la vista se habían acreditado perfectamente todos los elementos tipo de los delitos de los que se acusa a los tres aparejadores. Así, se refirió a la falta de medidas de seguridad, tanto para el desarrollo de la obra en altura como para la manipulación del amianto, y al hecho de que, como consecuencia de ello, un trabajor resultase herido al caerse de un tejado. A este respecto, precisó que, si bien el operario en cuestión reconoció en el juicio que nadie le había mandado subir, no se puede descargar toda la responsabilidad en él, porque también dijo que si no trabajaban los echaban.
En cuanto a la autoría de los delitos, también consideró probado que los tres aparejadores lo son por igual, dos de ellos porque eran los supervisores de la obra y el tercero porque fue contratado para la misma.