El Dillo Ti se encuentra en San Diego con los mismos problemas que en 2016

El Dillo Ti se encuentra en San Diego con los mismos problemas que en 2016
La iniciativa repitió escenario después de dos años y medio con una nueva cita donde los vecinos volvieron a quejarse de la necesidad de mejorar el tránsito peatonal | patricia g. fraga

El Dillo ti volvió a pasar por el centro cívico de San Diego dos años y medio después para encontrarse con los mismos problemas de accesibilidad, excepto por las mejoras en Montiño y Monte das Moas. El concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, recordó también el tapón urbanístico que se desatascó en el número 5 de la avenida de O Pasaxe y la ampliación de aceras en la de Oza.
Como entonces, los vecinos pusieron sobre la mesa su día a día que pasa por un parque de San Diego mejorable, “hace tres años que dijeron que lo iban a solucionar pero no se ha hecho nada”, con una pajarera sin funcionar, una cuestión que están estudiando, según la edil María García, tras la negativa del centro escolar del barrio para explotarlo.
También advirtieron de la inseguridad que hay en el perímetro, por lo que se pasará una patrulla la semana que viene, y la proliferación de perros de raza peligrosa que no llevan bozal ni correa.
Se pidió una “acera en condiciones” para la travesía Ángela B. Soto y en González Chas, un control para que los coches no aparquen en la isla triangular “la única zona verde que hay desde que era niño”. García aseguró que esto estaba dentro de la lista de trabajos de parques para este año. En la zona del puerto, una señora criticó la presencia de cañas como foco de infección y una segunda reclamó una pérgola para San Diego al no disponer de parte cubierta. En este punto, Ferreiro anotó la petición y lamentó que los presupuestos participativos estuvieran cerrados, pero que se podría contemplar por otra vía.
Además, Varela reconoció que la ciudad está bastante peor de lo que les gustaría y que el olvido en los barrios lo están intentando combatir con esfuerzo presupuestario subiendo los gastos de mantenimiento un 30%, con una inversión de nueve millones de euros anuales. Hubo quien levantó la mano para pedir mejoras de saneamiento en la calle de río Monelos donde está soterrado el arroyo, una cuestión que Varela dijo abordar dentro de un plan donde se adecentaron anteriormente los accesos a Oza.
Sobre el paso de peatones que pasa por debajo del viaducto de la avenida del Ejército, una residente expresó la falta de visibilidad. El alcalde le adelantó que con la obra de carril bici se eliminarán las plazas de aparcamiento y se podrá visualizar mejor si vienen coches. La movilidad fue, sin duda, protagonista de un encuentro donde un afectado sumó un nuevo punto negro en la avenida del Ejército, 96, donde una rampa de acceso a un piso reduce el tránsito: “Me llama la atención porque es muy ancho y con el buzón de correos enfrente se rebaja más todavía la acera”. Acera que falta en la avenida de As Xubias, desde la Renault al centro de salud. En este sentido, Varela aclaró que era competencia privada y que estaban negociando con los propietarios para que la urbanización se hiciese lo mejor posible.
El edil afirmó que valoraría la posibilidad de marcar una senda en la carretera, que sí es municipal. Sin embargo, este argumento no le convenció a otro usuario, que dijo que allí hay un vial cuya mitad es de titularidad pública “por lo que no hay impedimento” y que la parte privada presentó en enero un proyecto de urbanización que no contestó el Ayuntamiento en plazo.
En abril lo registraron, según el vecino, y le pidieron al Gobierno local que lo expusiera para tener en cuenta las sugerencias de los implicados, pero esto no se hizo. Varela contestó al tema alegando que era más complicado de lo que parecía. A su vez, solicitaron cambiar la zahorra por un firme más sólido en la carretera que conecta con Oza y vigilancia en las escaleras de avenida de Oza a Posse, “mexadas todos os días”. l

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