Las instituciones benéficas coruñesas detectan un acusado incremento de usuarios llegados de Venezuela

Las instituciones benéficas coruñesas detectan un acusado incremento de usuarios llegados de Venezuela
20 marzo 2016 A Coruña.- La afluencia masiva al comedor del Insituto Benéfico Social Padre Rubinos se estabiliza despues del estreno

La emigración por la dura situación que se vive en Venezuela, que primero se notó en otros países de Latinoamérica, ha comenzado a detectarse en A Coruña. Las entidades sociales coinciden al señalar que cada vez tienen más usuarios de esa nacionalidad que les demandan ayuda porque se trasladaron a España sin nada o con ahorros pero sin contactos para comenzar a trabajar. En algunas instituciones reconocen que temen quedar desbordadas si la afluencia de beneficiarios se sigue incrementando.


Recientemente el Banco de Alimentos Rías Altas (Banrial) confesaba que estaba viviendo el “peor año de  la crisis” respecto a peticiones de comida entre otras cosas por la finalización de las rentas sociales de muchos coruñeses y los trabajos precarios, si bien este incremento también revela otra realidad como es la llegada masiva de inmigrantes procedentes de Venezuela.
 
La situación que se vive en aquel país ha hecho que mucha gente ya no se quede solo en naciones próximas sino que abandone todo para cruzar el charco y emprender una nueva vida en A Coruña. En Cáritas Interparroquial reconocen que “sí”, que en los últimos meses “aumentaron” los usuarios que acuden a ellos para solicitar distintos tipos de ayuda cuyos orígenes están en Venezuela. 

El administrador de la Cocina Económica, Óscar Castro, incide en que mientras el número de habituales se mantiene estable, han cambiado muchas de las personas que hay detrás de esos números. “Notamos la llegada masiva de personas de fuera, de Venezuela, hay gente de otros países que se está marchando pero ellos están viniendo y recurriendo a las entidades de las que dispone la ciudad”. 
El presidente de la Real Institución Benéfico Social Padre Rubinos, Eduardo Aceña, va más allá y extiende esta curva ascendente a personas de Ecuador y Perú. “Se están superando marcas extraordinarias en la comida y en la cena como consecuencia de estos traslados”, cuenta sobre las cifras. Por ejemplo, si por regla general atendían a unos 170 comensales a la hora de la comida ahora superan los 200. La demanda de cenas y desayunos también se ha multiplicado, lo que le ha preocupado de tal forma que ha pedido a los técnicos que redacten un informe de las distintas casuísticas de los nuevos beneficiarios. 

Estudio sobre sus necesidades
“Había un incremento en relación al año pasado pero ahora nos ha empezado a desbordar y queremos saber qué tipo de ayudas piden...”, destaca Aceña, que a bote pronto indica que hay aportaciones en el comedor pero también en el ropero y colaboraciones económicas para distintas necesidades para el mantenimiento general de las familias. 
Además, asegura que los venezolanos recién llegados pasan mucho tiempo en los distintos servicios de la institución social, de tal manera que podría afectar al resto de atendidos. Los técnicos del centro de integración, de la atención social continuada y del centro de día tratan de trabajar con estas personas. Por ello, el representante reflexiona sobre lo que ocurriría si no existiesen entidades como el propio Padre Rubinos que evitan que los que están pasando por una situación difícil estén en las calles. 


La delegación de Cruz Roja en A Coruña también está notando esta oleada de llegadas de venezolanos que escapan de su país para intentar mejorar sus condiciones de vida. El director de inclusión y empleo de la organización a nivel provincial, Jaime López, sostiene que la subida de residentes en A Coruña y su entorno “es algo evidente”. 

En diferentes circunstancias
En la organización a la que representa atienden a muchas personas pero estas no tienen “una única puerta de entrada, hay diferentes programas y diferentes peticiones”. López incide en que se trata de una “comunidad compleja” porque hay gente que tiene que realizar un proceso de regularización para quedarse en España y otra que ha podido trasladarse y pide la doble nacionalidad por tener antepasados gallegos e, incluso, familia en la que apoyarse aquí. Un tercer grupo que ha pedido asilo en España debido a que se sienten víctimas de una persecución política.

El ritmo en el que avanza el trabajo con estos coruñeses de adopción, que parece que seguirán llegando en un futuro próximo “porque cuentan unas situaciones bastante dramáticas”, varía en función de su “situación administrativa”. Además, López subraya que las realidades sociales son “muy diferentes” y que así se lo han comunicado también desde las asambleas locales de Cruz Roja en Sada, Santiago, Ordes... Por ejemplo, hay algunos pensionistas que se marcharon por el temor a que en caso de enfermedades o de tratamientos médicos no tuviesen “una atención sanitaria adecuada”.

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