11º-16º
lunes | 6 mayo | 2024
La persona que obtuvo, por un período de seis años, la adjudicación de la explotación de las barracas de las fiestas de Arteixo ya presentó en el registro municipal la renuncia a la explotación de los ambigús que tradicionalmente se instalan durante los festejos.
El adjudicatario cumple así la palabra dada a la anterior mandataria local Pilar Souto que cometió, según ella, el error de otorgarle el beneficio que pudiesen generar los servicios de bar, que tradicionalmente se ceden a las comisiones de fiestas para que con su explotación puedan sufragar parte de los costes de los festejos.
Cabe recordar que el exconcejal de Cultura y Fiestas Andrés Gayoso denunció un convenio firmado por la anterior mandataria local y un particular a través del cual éste se responsabilizaba del bar de los festejos.
Pilar Souto explicaba, por su parte, que se trataba de un error, ya que cuando finalizó el encuentro entre ella y el particular para formalizar el convenio de cesión, el beneficiario no firmó un anexo por el que se quedaría sólo con la concesión de los puestos de feria y renunciaba al de bebidas, porque que el que se había encargado de todo el papeleo y de rubricar el acuerdo era su hijo.
Souto justificaba, además, que el equívoco derivaba de las fiestas de Santiago Apóstol del pasado año cuando la comisión de fiestas decidió no hacerse cargo del ambigú y se le otorgó la concesión a este mismo particular.
Así, en vez de especificar que solo se refería a 2010, se prolongó el acuerdo durante los seis años que se le concedían en exclusiva la explotación de las barracas.
La exalcaldesa recalcaba también que el beneficiario lleva treinta años encargado de las barracas en las fiestas de Arteixo, por lo que afirmaba no entender la denuncia de Gayoso.
Secretario > Me gustaría que el concejal de Fiestas mostrara los papeles que firmó él en los años en los que era, al mismo tiempo, secretario de la comisión de fiestas de Arteixo y edil del área responsable, apuntaba Souto.
El exedil de Terra Galega también había reprobado que la anterior alcaldesa hubiera acordado la cesión de las barracas.
A su entender, esta negociación es responsabilidad de la comisión de fiestas de cada parroquia y señaló que durante sus años en la organización festiva, los acuerdos eran anuais, só unha vez firmouse por dous anos.
En este punto, Souto enfatizaba que el campo de la fiesta es una plaza pública y por lo tanto, ceder o no su uso es competencia del Ayuntamiento.
