Leiceaga asegura que los gallegos quieren un presidente que “levante la voz contra la corrupción”

El candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta aseguró ayer en Monforte que los gallegos “quieren un presidente que levante la voz contra la corrupción y contra los abusos”.
En un mitin en el que estuvo acompañado del alcalde monfortino y de los número dos y tres provinciales, Concepción Burgo y José Antonio Quiroga, Leiceaga aseguró que “llegó la hora de la buena política, ni la vieja ni la nueva, y de la política de los gobernantes ejemplares”.
Así, Leiceaga se refirió a que los gallego no quieren a gente del partido de “Barberá, Bárcenas, Rajoy o de la familia Baltar” y criticó que Feijóo no levantase la voz “para pedir que Barberá deje su cargo, como no la levantó durante estos últimos años para defender los intereses de Galicia”.
Con todo, Leiceaga declinó pronunciarse sobre la decisión de la Fiscalía Anticorrupción de pedir seis años de cárcel para el expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán por su supuesta participación en la trama de los ERE.
“Estamos centrados en Galicia y en sus problemas, todo eso queda muy lejos”, despejó, para rechazar abordar cuestiones “ajenas completamente a las necesidades e intereses de los ciudadanos de Galicia”.
Tampoco habló, alegando que no la había visto, sobre la campaña de Xuventudes Socialistas de Galicia que recrea la mesa de la última cena y, bajo el lema “Amistades Peligrosas”, sitúa a Feijóo en el centro acompañado del narcotraficante Marcial Dorado y los populares José Luis y Manuel Baltar, Gerardo Conde Roa y Rafael Louzán, entre otros.  
Por otra parte, y también en relación con el caso de Rita Barberá, el candidato del PSdeG propuso que se ponga fin al aforamiento de los diputados, un “privilegio” que existe en demasía en España y que, a su entender, “carece de sentido”.
“No ocurre en casi ningún país; es una excepción en España que queremos reconducir en Galicia”, defendió el socialista en un desayuno informativo en la ciudad de A Coruña en el que señaló que esta reforma requiere un cambio en el Estatuto de Autonomía.
Es una de las medidas que planteó en el ámbito de la “ejemplaridad” y la “calidad democrática”, que se completan con el impulso de una ley de transparencia “a la altura de los países nórdicos”.