“Hay que pensar si la sociedad está preparada, los cambios educativos siempre crean reticencias”

“Hay que pensar si la sociedad está preparada, los cambios educativos siempre crean reticencias”
César Bona impartió esta semana dos conferencias en A Coruña javier alborés

César Bona estuvo nominado en 2015 al Global Teacher Prize, que reconoce al mejor profesional de la docencia a nivel mundial, y esta semana habló en A Coruña sobre “Las escuelas que cambian el mundo”. Defiende que hay una transformación en la educación española debido en parte a que muchos profesores anteponen los intereses de los alumnos a los propios. Además, considera necesario el trabajo conjunto de docentes, padres y menores para progresar.

¿Cómo fueron las conferencias?
Bien, disfrutamos, se vio a gente con ilusión e implicada. Iba a ser una y al final fueron dos, pensando lo que supone que se reúnan tantas personas para hablar de algo tan importante como la educación, para mí es un placer.

¿Cuáles fueron los principales aspectos tratados?
Hablamos de las escuelas que he estado visitando. Por una parte, las pinceladas sobre estos centros, se trata de invitar a los niños a mejorar lo que tienen alrededor, el cambio empieza en ellos, pero también hay una segunda parte que es que el cambio debe empezar en cada uno de nosotros. Siempre se puede decir a ver si el sistema nos ayuda, que tiene que hacerlo, pero cada día tenemos que dar nuestra mejor versión para sacar la mejor de los niños.

¿Cómo fue la respuesta de la gente?
Fue muy interesante, estuvimos dialogando entre todos y debemos compartir cosas porque se aprende mucho de los que tenemos al lado.

¿En qué estado se encuentra la educación en España?
Estamos en un momento bonito. He estado viajando meses por España y he tenido la suerte de encontrarme con miles de maestros que tienen ganas por formarse viernes, sábados y domingos, que están viajando y que viven esta profesión con pasión. Muchas veces se sienten islas, pero somos miles listos para dar un paso adelante. Hace años, cada vez que salía una noticia sobre educación era negativa, pero ahora se ven cosas de centros educativos que están haciendo cosas interesantes. Creo que la cosa puede ir por ahí, por el contagio positivo, que la gente vea que esos ejemplos existen.

¿Qué fue lo que más le llamó la atención de esos viajes?
No sé si decirlo así, pero me siento privilegiado porque he aprendido más que en años estudiando y trabajando. He conversado con compañeros de otros centros, con los niños y con las familias, siempre me sentaba con estos tres elementos tan importantes. Uno aprende mucho cuando escucha y descubre que la principal herramienta debe ser estimular el diálogo entre todos, esa es la llave para que todo funcione.

¿Y hay sintonía entre esas tres partes?
He visto que en muchos centros las cosas funcionan muy bien cuando se involucra a las familias y la participación es de todos, incluyendo a los principales protagonistas, los niños. Se les invita a mirar la escuela dónde viven, cómo mejorarla y lo mismo con la sociedad.

¿Cree que hay que cambiar alguna cosa respecto a la educación?
Ahora todo el mundo habla de educación en la calle y eso es esperanzador, también los partidos políticos, pero deben olvidar las ideologías políticas y pensar que representan a toda la sociedad. También hay que pensar si la sociedad está preparada para el cambio que todos pedimos, porque cualquier mínimo cambio en la escuela siempre crea reticencias. Todo evoluciona, la medicina, la tecnología, y la escuela no debe ser menos.

¿Cuáles son tus métodos preferidos para la educación?
Yo preguntaría si uno se siente escuchado, útil y apreciado en su trabajo. Lo que se aplica a los adultos se aplica también a los niños, debemos pensar que han de sentirse escuchados, invitarles a participar y el verbo que mejor define a la educación es compartir. Cuando uno comparte, ve que está aportando algo al grupo y al día siguiente suele venir con más alegría.

¿Una de las claves es que los alumnos sean más protagonistas de las clases?
La lucha entre la escuela tradicional y la innovación no es así, hay muchas cosas que funcionaron durante años, lo hacen ahora y lo harán dentro de muchos años. Cualquier paso que se dé debe ser para el beneficio de los chicos. ¿Clases magistrales? Alguna vez tiene que haber, pero estamos siempre dividiendo todo entre blanco y negro, pero no es así, en la combinación está la virtud.

Hablaba de la motivación por seguir aprendiendo de los profesores. ¿Es algo puntual o una corriente general?
Puntual no. Hay gente que vive con pasión su profesión y son los faros que tendrían que guiarnos, mientras que hay otras que deberían reflexionar y replantearse cómo hacen su trabajo, pero sucede en todas las profesiones. Creo en el contagio positivo y lo que he visto es esperanzador, muchos piensan en los niños por encima de ellos mismos.

¿Qué opina de la polémica sobre los deberes en casa?
Educación y polémica debería ser algo incompatible. Nos olvidamos de lo fundamental, que es el niño. Partiendo de ahí todo lo demás es casi secundario, es un interés más de los adultos. Con los deberes no puede ser blanco o negro, para mí los niños pasan suficiente tiempo en la escuela para que luego tengan que hacer deberes toda la tarde. Algunos niños a lo mejor necesitan cierto apoyo y otros otras cuestiones. Para ello lo mejor es conocerlos y se necesita tiempo para que se expresen en clase.

¿La influencia de la tecnología en la educación es imparable?
A veces, la realidad está más fuera que dentro del aula. No podemos obviar que la tecnología forma parte de nosotros, tenemos que sacarle partido y el que piense que no se va a quedar anquilosado. Tenemos que sacar lo mejor de las herramientas que tenemos, debemos pensar para qué fueron creadas, como transmitir información o comunicar. Muchas veces exigimos a los niños lo que no cumplimos.

“Hay que pensar si la sociedad está preparada, los cambios educativos siempre crean reticencias”

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