Murray gana el título a un Nadal desconocido

El escocés Andy Murray ganó por segunda vez – primera en tierra batida– el Masters 1000 de Madrid, al imponerse en la final a un Rafa Nadal desconocido, por 6-3 y 6-2, una derrota que hunde al español en el séptimo puesto de la lista mundial, fuera de los cinco primeros por primera vez en una década.
La vertiginosa derecha de Nadal que sirvió para doblegar al búlgaro Grigor Dimitrov en cuartos, y que torturó al checo Tomas Berdych en semifinales, se quedó ayer en el hotel. La artillería del nueve veces campeón de Roland Garros se desplomó con estrépito ante Murray, que jamás había ganado al de Manacor en las seis veces en las que se habían enfrentado sobre tierra.
El escocés, que venía de ganar su primer título en arcilla en Munich, sumó su noveno partido ganado consecutivo en esta superficie, algo que jamás había hecho, y se apuntó su el décimo Masters 1000 de esta categoría, y el 33 de su carrera.
Los 12.500 espectadores que llenaron la Caja Mágica se quedaron atónitos ante la actuación de Nadal, hundido por sus continuos errores, sin continuidad, tras apuntarse puntos soberbios, y falto incluso de energía.
El arranque del encuentro ya denotó que Nadal no se encontraba cómodo. Estos sentimientos negativos se transformaron en realidad cuando Murray ganó 12 de los 13 primeros puntos.
El festival del británico prosiguió hasta el quinto juego, cuando Nadal disfrutó dos puntos de rotura, que el de Dunblane anuló con buenos servicios. En 40 minutos Murray ya tenía en su bolsillo el primer set.
Un parcial de 4-0 en el segundo terminó de colocar a Murray más cerca de su segundo título en Madrid y de destronar al campeón cuatro veces, las dos últimas consecutivas.
Nadal se lanzó a un ataque a la desesperada y anotó su servicio en el quinto juego (1-4), pero su falta de continuidad chocaba con la concentración de Murray.
Roma, que empezó ayer y donde Rafa defiende 600 puntos, espera a los dos. En Madrid se ha dejado 1.000, justo una década después de ganar por primera vez este torneo, entonces con el Róckodromo como escenario, a cinco sets, en una final épica contra el croata Ivo Ljubicic, muy diferente a la de ayer en la Caja Mágica.