Lydia Valentín: “De mayor quiero ser feliz, con eso me puedo conformar”

Lydia Valentín: “De mayor quiero ser feliz, con eso me puedo conformar”
01 marzo 2019 MADRID, 28/02/2019.- Lydia Valentín posa esta mañana tras recibir en el Comité Olípico Español la medalla de oro por descalificación de las tres primeras clasificadas, dopadas todas, y una vez agotad

Lydia Valentín es una deportista hecha a sí misma. Sin apenas referentes, asentó a la halterofilia española en el lugar más alto de los podios internacionales. La leonesa es una auténtica coleccionista de medallas. Tiene un oro, una plata y un bronce en tres Juegos Olímpicos distintos, entre Pekín 2008 y Londres 2012, a la espera de redondear en 2021 en Tokio una carrera excelsa.

“De mayor quiero ser feliz, con eso me conformo”, contesta al referirse a la vida que iniciará tras su retirada. Su adiós, en todo caso, todavía no tiene fecha. De hecho, entrena con la ilusión puesta en el próximo Europeo y en los próximos Juegos. Está en su casa de Guadalajara y, según explicó en una entrevista a Efe, tiene previsto continuar ahí. La reapertura del CAR de Madrid será este lunes, pero con condicionantes. “No estará abierto el comedor, ni te puedes quedar a dormir (…) así que para que yo pueda volver a realizar entrenamientos en el Centro de Alto Rendimiento todavía falta un poquito”, expuso Lydia Valentín.

 

-Está confinada, pero trabajando sin parar en el gimnasio que tiene en su casa, en Guadalajara. ¿Cómo está llevando el confinamiento?

-La verdad es que el confinamiento para mí ha sido bastante tranquilo y sin parar de entrenar. Aquí puedo entrenar perfectamente. Tengo un gimnasio habilitado para poder hacer halterofilia y para continuar mi preparación física.

 

-¿Sabe cuándo podrá volver al Centro de Alto Rendimiento?

-Me llamó el seleccionador, Matías Fernández, para decirme que el día 11 ya estará abierto el CAR de Madrid. Obviamente, yo no estoy en Madrid, así que no me puedo desplazar. Pero es algo raro. La normalidad tampoco iba a ser total, porque han abierto el gimnasio pero no el comedor.

Tampoco te puedes quedar a dormir ni hacer lo que sería una vida normal para nosotros. Algunos compañeros que están en Madrid entrenarán allí poco a poco. Entiendo que habrá un cupo de personas, las cuales entiendo que se habrán hecho un test antes de entrenar porque tenemos que controlar la salud. Creo que para que yo pueda realizar entrenamientos en el Centro de Alto Rendimiento todavía falta un poquito.

 

-Los futbolistas están volviendo a entrenar con mascarillas y guantes. La Premier League contempla que en los goles los jugadores no se podrán abrazar. Hay reservas de todo tipo. En la halterofilia lo clave para evitar el contagio sería la barra. ¿Qué detalles hay en una competición de halterofilia que estén en el punto de mira?

-La halterofilia es un deporte muy individual. Si no quieres, no te abrazas con nadie. Estás tú solo con los discos y la barra en la tarima. Pero esa barra la tocan todas las levantadoras y levantadores. No sé qué medidas tomarán. Entiendo que después de cada levantamiento tendrán que desinfectarla en segundos para que salga otra persona. Es cierto que podemos estar separados y que pondrán unas medidas, porque obviamente el tocar la barra puede complicar bastante la competición.

 

-Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 causaron un gran impacto por la atmósfera que había alrededor de la competición de halterofilia, con luces cenitales y música. Usted vivió aquello. ¿Qué supondría competir en un recinto a puerta cerrada?

-La verdad es que no me lo quiero ni imaginar (ríe). En las competiciones de halterofilia, se prepara un escenario, con los focos, y el público anima. Es un deporte muy individual, pero la gente anima muchísimo porque es un deporte de inmediatez, de estar jugándotelo todo en segundos. No son 90 minutos en los que van cambiando las cosas. Aunque casi no escuchas porque estás enfocada, sabes que el público está ahí y que la gente está viendo lo que estás haciendo. El cambio de no tener público y que sea silencioso, cuando es un deporte silencioso pero a la vez con mucho ruido a la hora de animarnos, lo veo muy diferente. Pero a partir de ahora toda la vida será un poco diferente.

 

-Usted tiene 35 años y la madurez de una deportista perfectamente asentada. Es medallista olímpica. Ha ganado también Mundiales y Europeos. ¿Siente que está dejando un legado?

-Sí, claramente. Noto que mi deporte lo he fomentado; he hecho historia en Europeos, en Mundiales y en Juegos Olímpicos. Las generaciones que llegan detrás de mí saben que entrenando durante mucho tiempo, con mucho sacrificio y con el foco en lo que se quiere, se puede conseguir todo. Se puede conseguir ser campeona de Europa, del mundo y olímpica. Creo que yo dejo un legado muy bueno para la halterofilia española. ¡Ya me hubiera gustado a mí tenerlo! Cuando yo empecé, una española no iba a ser campeona de Europa, del mundo y mucho menos campeona olímpica. A día de hoy, mis compañeros me tienen como referente.

 

-Usted puso a la halterofilia de moda. Incluso el crossfit, tan popular ahora en los gimnasios, incorpora elementos de su disciplina. ¿Qué está aportando a su deporte?

-El crossfit es un deporte que toca los movimientos olímpicos de la halterofilia: el de la arrancada y los dos tiempos y los movimientos auxiliares. Creo que es bueno para los dos deportes. No es un deporte olímpico, es más espectáculo, pero creo que hoy la gente valora más la halterofilia porque saben lo complicado que es hacer una arrancada perfectamente, hacer una arrancada con peso o un dos tiempos. A mí, personalmente, me gusta que la gente practique y que realmente mi deporte.

Lydia Valentín: “De mayor quiero ser feliz, con eso me puedo conformar”

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