La despedida más previsible

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Sin riesgos. A falta de una semana para el primer partido de fase de ascenso a Segunda B, Pontevedra y Cerceda optaron por la vía inteligente en el partido que les enfrentó ayer. Campillo, de cabeza, decidió un encuentro con poco ritmo.

 El Pontevedra comenzó el partido con más determinación que el Cerceda. Consiguió atrincherar al equipo de Lemos cerca de su área y, además, evitó cualquier tipo de aproximación a la portería de Lloves. Con el paso de los minutos, el conjunto rojiblanco que, un domingo más, volvió a vestir de blanco inmaculado, se hizo con más posesión de balón para anular el dominio local.
Lemos apostó por Brais Abelenda en la punta de ataque con una línea de tres mediapuntas (Cano-Hebert-Martín) por detrás. No introdujo sorpresas en un doble pivote que formaron Rubio y Granada. En la línea defensiva formaron los más sanos: Angeriz y Peque fueron los centrales y Noé y Juan, los laterales.
Luisito optó por el ofensivo Anxo en el lateral izquierdo. Lateral, por decir algo. Todo la banda era para él. El Pontevedra acumuló muchos jugadores en zonas interiores. Kevin fue el pivote y cerca de él jugaron Álvaro Muñiz, Tomás Abelleira y Mouriño. Fran Fandiño partía desde la banda dercha y Pablo Carnero fue el delantero centro. Así salió el equipo granate.
Aunque el Pontevedra merodeó más en los primeros cuarenta y cinco minutos, solo hubo dos situaciones de gol relativamente claras, una en cada área. Superada la media hora, Campillo forcejeó con Brais Abelenda dentro del área. El delantero cercedense reclamó penalti. Hubo contacto, seguro pero, ¿suficiente? La ocasión más clara de la primera parte fue de Mouriño. Después de una disputa aérea, aprovechó la falta de entendimiento entre Angeriz y Peque para encontrar el balón franco dentro del área. En lugar de buscar el uno contra uno con Diego optó por finalizar de volea y su lanzamiento salió desviado.
Para el segundo acto, Luisito presentó novedades. Retiró del campo a Muñiz, dio entrada a Pedro García, retrasó la posición de Kevin Presa del medio a central, desplazó a Bruno Rivada al lateral izquierdo y le concedió el extremo a Anxo, el jugador más incisivo de su equipo.
Curiosamente, la jugada del único gol del encuentro nació en la banda derecha. De Adrián para Tomás, que realizó una gran maniobra para sacar un excelente centro al corazón del área pequeña. Allí estaba Campillo para rematar prácticamente en plancha. Imparable para Diego.
El Cerceda trenzó una de sus mejores jugadas de ataque en el sector derecho. Herbert abrió a la derecha para Cano y este puso un centro raso perfecto para que empujase Martín pero Campillo se lanzó al césped para evitarlo.

LESIONES
A falta de cinco minutos, Tomás puso una falta que volvió a encontrar la cabeza de Campillo pero, en esta ocasión, Diego desvió con éxito. El partido, con el ritmo justo, murió entre detalles de calidad, como la rabona de Herbert para asistir a Dani, aunque la acción se invalidó por fuera de juego. Lo peor para el Cerceda, las lesiones de los dos centrales titulares ayer. Adrián y  Angeriz reclamaron el cambio en el segundo tiempo. n

La despedida más previsible

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