La amenaza del picudo rojo obliga a usar plaguicida en el palmeral de Méndez Núñez

La amenaza del picudo rojo obliga a usar plaguicida en  el palmeral de Méndez Núñez
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El picudo rojo avanza inexorablemente y ya son muchas las palmeras de la provincia  que han muerto por su causa. Es un escarabajo procedente de Asia que llegó a la Península hace ya 25 años que ataca al interior de árbol y cuando este comienza a dar síntomas externos, su estado de deterioro está demasiado avanzado. Por eso el Ayuntamiento ha decidido rociar con un plaguicida de “baja toxicidad” el palmeral de Méndez Núñez, para prevenir la invasión. Durante los cuatro días que durará el tratamiento fitosanitario, se ruega que el público no  acercarse a la zona balizada. 


La amenaza es muy real, advierten los expertos: “Todas las palmeras de la provincia de Pontevedra que no recibieron tratamiento están muertas”. El escarabajo resulta especialmente letal para las especies canaria y datilera, y es en esta época, precisamente, cuando se muestra más activo gracias a que se producen las condiciones adecuadas de humedad y temperatura, que estimulan su capacidad sexual o su paso de lava a pupa, y de pupa, a adulto.


Por el momento, no se ha localizado ningún ejemplar de picudo rojo en el palmeral de Méndez Núñez, aunque el año pasado los técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente si hallaron dos palmeras infectadas en el término municipal. Pero el avance de la plaga invita a pensar lo peor. “Se está acercando, es inevitable, la amenaza está rodeándonos y ya hay muchas palmeras muertas”, como señaló un experto consultado. 


El palmeral de Méndez Núñez tiene más de cien años, y podría haber vivido  muchos años más, otros cien, o incluso 150, dado que las palmeras son especies longevas. “El peligro es real pero si se hacen las cosas con seriedad, puede salvarse”, añadió. 
Tratamiento complicado 


Es un tratamiento bastante complicado, porque el escarabajo se introduce en el tejido vegetal de la palmera, así que no se puede fumigar, sin más. O se emplea un plaguicida que penetre, o se realiza un tratamiento preventivo fitosanitario, que es lo que está haciendo ahora la Concejalía de Medio Ambiente con la esperanza de que el picudo nunca llegue a instalarse en los jardines de Méndez Núñez.

No es la primera medida que se adopta para proteger el palmeral. En julio del año pasado, se instalaron sensores en las palmeras para detectar la plaga. La iniciativa, que costó 23.000 euros, enviará datos de manera periódica (durante dos años más) y alertará a los técnicos en caso de que ocurra lo peor. El sistema se colocó en las palmeras de la Rosaleda, de la Ciudad Vieja y de los jardines de Méndez Núñez. En total, 75 ejemplares que se cuentan entre los de mayor valor patrimonial de la ciudad y que ahora se hallan amenazados de gravedad.

La amenaza del picudo rojo obliga a usar plaguicida en el palmeral de Méndez Núñez

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