El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró ayer que la “justicia llegará para aquellos que dañen a estadounidenses”, tras reconocer que vio “imágenes muy duras” de las protestas ante embajadas estadounidenses.
En la ceremonia en la que fueron recibidos los restos mortales del embajador del país en Libia, Chris Stevens, y de los otros tres estadounidenses asesinados en Bengasi el martes, Obama prometió que su país “se mantendrá firme ante la violencia” en las misiones diplomáticas de Estados Unidos. El mandatario, que habló junto a la secretaria de Estado Hillary Clinton desde la base aérea de Andrews, en Maryland, recordó que, ante las masivas protestas desatadas por un vídeo antimusulmán en todo el mundo, los Gobiernos deben respetar su “obligación” de proteger al personal diplomático estadounidense.
Los cuatro fallecidos en Libia “encarnaban el ideal estadounidense de que podemos dejar las cosas un poco mejor de como estaban” y mostraron al mundo que “no sólo nos preocupan nuestros intereses, sino también los suyos”, indicó Obama.
“Estados Unidos nunca se retirará del mundo”, aseguró el mandatario. n