El Ayuntamiento tiene la competencia para realizar actuaciones en La Marina

El Ayuntamiento tiene la competencia para realizar actuaciones en La Marina
El cantil no contiene ninguna medida de protección para prevenir posibles caídas de las personas que se encuentran en La Marina | patricia g. fraga

El Gobierno municipal y la Autoridad Portuaria se reunirán mañana para decidir “se é necesario ou non” tomar medidas de seguridad en La Marina, lugar en el que fallecieron dos jóvenes ahogados en menos de un mes. El alcalde, Xulio Ferreiro, aseguró que primero quieren conocer todos los datos posibles sobre la muerte de Mateo González y entonces actuar de una manera u otra, competencia que corresponde al Ayuntamiento y para la que tiene el visto bueno del Puerto desde hace un año y medio.

El primer edil lamentó los dos sucesos ocurridos en la Marina en menos de un mes y señaló que tras conocer “os resultados da investigacións, das grabacións que poida haber para ver as causas deste accidente” se tomarán las decisiones necesarias “salvagardando primordialemente a seguridade e tamén o interese patrimonial do lugar”.

“Isto se deseñou así seguindo a tradición e veremos se temos que cambiar iso ou non”, explicó ayer el regidor, quien lamentó el fallecimiento del joven natural de Pontedeume.

Ferreiro no quiso aventurar ningún tipo de actuación que se pueda llevar a cabo en La Marina, tarea que analizarán junto con técnicos y con la Autoridad Portuaria. En caso de que decidan que se deben modificar las medidas de seguridad, esto “se fará no máis breve prazo posible”.

Con permiso desde 2015
A pesar de que la titularidad de los terrenos todavía no pasó de la Autoridad Portuaria al Consistorio, este último es el que tiene la competencia para actuar en materia de seguridad sobre la zona del cantil de La Marina.

De hecho, el Ayuntamiento tiene permiso desde el 1 de septiembre de 2015 para ello tras solicitar la correspondiente aprobación al Puerto, que dio luz verde pocos días después. Sin embargo, desde María Pita se decidió no llevar a cabo ninguna intervención.
A principios de mes, después del fallecimiento de Manuel Rodríguez, Xulio Ferreiro explicó que tenían previsto realizar alguna intervención en la zona cuando recibiesen la titularidad de los terrenos. Entre las actuaciones previstas estaba la colocación de algunos bancos, definidos por el primer edil como “barreiras físicas moi brandas”.

Sin embargo, la opción que no se contemplaba entonces por parte del Gobierno municipal era la de vallar todo el cantil. Ferreiro explicó en aquel momento que el mar forma parte de la “idiosincrasia” de la zona, por lo que no tenían previstas grandes alteraciones en la Marina.

Este segundo suceso en pocas semanas podría provocar un cambio en la forma de pensar del Gobierno municipal, aunque todo dependerá de los resultados de la investigación y de las decisiones que se tomen en colaboración con los técnicos y con la Autoridad Portuaria.

La muerte del actor fue la segunda en marzo, una “desgracia” para Ferreiro y para Enrique Losada, presidente del Puerto, pero el primero cree que estos sucesos quieren decir que se debe analizar la situación aunque en los primeros 90 años de este espacio no se registrase ninguno.

Mientras, los hosteleros de la zona de La Marina son uno de los colectivos que mejor puede valorar las necesidades de la zona tras este tipo de accidentes. El presidente de la asociación que los agrupa, Antón Sáez, cree que los dos fallecimientos son fruto de una mala casualidad porque “está perfectamente iluminado” e indica que la de las vallas no es tan buena idea.

En las zonas infantiles
El colectivo sí es favorable a que se estudie la posibilidad de instalar alguna medida de protección para evitar que los niños se caigan al agua. “Son más inconscientes y en un momento que te despistas se pueden escapar hacia allí y caer”, destaca, razonando la propuesta de buscar algún tipo de elemento que funcione como barrera desde los parques infantiles y no necesariamente pegado al cantil.

Su homólogo en la Asociación Zona Comercial Obelisco, Antonio Amor, entiende que las vallas podrían ser positivas de cara a los turistas, pero es más contrario a esa solución porque los coruñeses conocen de sobra el espacio y son precavidos. “De día hay más movimiento y no ha pasado nada”, incide, para tranquilizar a la población sobre la fama de peligrosa de La Marina. l

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