Para conseguir que la venta se haga efectiva la Xunta y los sindicatos, en la reunión, solicitaron a la empresa que los despidos no se hagan efectivos el 31 de diciembre y que, por lo tanto, no se cierre la factoría para evitar que se dificulte un posible proceso de venta.
"El anuncio del ERE fue despiadado, no hubo ningún preaviso ni señal", afirman desde el comité de empresa.