Pero esa derogación de las penas de cárcel (por cierto, ningún matón sindicalista ha entrado en la cárcel por ejercer el matonismo) no puede suponer barra libre a la extorsión física.El asunto está en el Senado, y el Gobierno tiene mucha prisa para presentarlo como una gran victoria social el día 1 de mayo, durante el Segundo Año Triunfal de la Pandemia.