El Etna entró en erupción el pasado jueves y se intensificó durante el fin de semana, cuando expulsó una nube de ceniza sobre la ciudad situada a sus faldas, Catania, obligando a suspender el tráfico en su aeropuerto por motivos de seguridad durante varias horas.
La nube eruptiva producida por la actividad actual ha alcanzado una altura de 9 kilómetros.
Los servicios de socorro lograron localizar sanos y salvos a siete jóvenes que habían decidido ir al volcán, atraídos por la erupción, y que se perdieron en un sendero que conecta las dos vertientes cuando la actividad volcánica se encontraba en pleno rendimiento.