Rajoy en estado puro

Con la frase lapidaria –“Son peores algunas de las cosas que están pasando”– Rajoy ofrece su respaldo a Cifuentes, sin el más mínimo atisbo de rubor. Se escuda en las últimas noticias sobre casos de políticos que han aderezado y embellecido sus currículos con títulos inexistentes, licenciaturas inconclusas, máster inventados y toda suerte de adornos con los que fabricarse una imagen profesional que necesitaban sus insatisfechas personalidades. Una vez más, Rajoy tira de refranero tratando de convencer a sus votantes de que lo que pasa en el PP es un “peccata minuta” que afecta a todas las familias políticas del país. Y con esa respuesta trata de demostrar que Ciudadanos no le tuerce el brazo ni marca los tiempos. Toma nota de las divergencias en el partido sobre el “caso Cifuentes” y espera, mientras pone nervioso a Rivera, nuevos datos de la investigación de la universidad para llamar a capitulo a la presidenta de Madrid.
Seguro que cuando Cospedal reclamaba el apoyo incuestionable a los suyos no pretendía que se hiciera de una manera tan poco convincente: “Son peores algunas de las cosas que están pasando”. Pero Rajoy ya ha puesto en varias ocasiones la mano en el fuego y sabe lo que es quemársela. ¿Qué estrategia puede asentarse en la aseveración de que en “todas partes cuecen habas” para justificar las mentiras, las falsificaciones de documentos y los entramados mafiosos, si no está basada en la idea de que los votantes del PP lo perdonan todo? ¿O es que ha llegado a la conclusión de que conviene más al PP perder el gobierno de Madrid, y aprovechar para desgastar a Cs acusándoles de apoyar a radicales?
El perjuicio que una política errónea está ocasionándole a la marca España está manchando también la reputación de nuestra universidad. Y eso es lo peor de esta historia. En el caso que nos ocupa, no se trata de una persona exhibiendo méritos impropios, algo reprobable pero muy extendido. Se trata de que esta persona, inexplicablemente, pero conscientemente, se ha aprovechado de un clan corrupto para obtener un beneficio personal. Probablemente, tras esta poco convincente frase de Rajoy, pasará referirsee a Cifuentes como “esa persona de la que usted me habla” para, a continuación, procurar disolverla en el olvido. La “razón de Estado” será para el PP la necesidad de que las encuestas que predicen el éxito arrollador de Rivera en Madrid no se cumplan.

Rajoy en estado puro

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