EL ETERNO AGRADECIMIENTO DE LULI A LA RESIDENCIA DE OLEIROS

María Lourdes Cernadas Suárez, Luli para cuantos la conocemos y tratamos, pasa estos días por el triste trance de haber perdido a su querida madre, enferma de Alzheimer y Parkinson, la cual estuvo internada durante los últimos años en la Residencia asistida de mayores, en Oleiros.
Luli no olvida esos años allí, ni el exquisito trato recibido por todos los integrantes de ese centro y señala:  “deseo agradecer, en nombre de mi familia y en el mío propio, a esa gran familia compuesta por unas magníficas personas, y grandes profesionales, que integran la Residencia de mayores, su buen hacer, cariño, y sobre todo la profesionalidad, con lo cual hicieron que los últimos años de mi madre, fueran de la mejor manera posible, y en su medida fuera feliz”.
La emoción le embarga, pero continúa con su exposición: “Allí aprendí mucho con todas ellas observándolas, me dejaron participar en el día a día de sus meriendas, cenas, acostarla y me apoyaron en todo lo que necesitaba. Gracias auxiliares, chicas de terapia, asistentas sociales, enfermeras, equipo médico, camareras, cocineras, lavandería, mantenimiento, y por supuesto a las grandes amigas de conserjería, dirección y limpieza, y que me perdonen si alguien se me olvida, mi agradecimiento a todos”.  
No quiere olvidar a nadie, y dice: “la enfermedad es el olvido, un mal que hace que nuestros seres queridos se olviden de nosotros, pero  pienso que de alguna manera no se olvidan, mi madre sonreía cada vez que yo llegaba diciedo “é miña”.
“Sabía que yo estaba presente, se lo decía a las  amigas que hice en estos años y que estaban ahí, día a día acompañando a sus madres. Participé con ellas de los eventos que se realizaron, y hasta me disfracé junto con ella; durante estos años se creó un vínculo tan grande entre nosotras, que sólo con saber que estábamos ahí las dos, ya éramos felices”.
“Mi querida mamá, nunca te olvidaré y siempre te querré. Gracias por todo lo que me diste, y gracias muy especiales a nuestra amiga y cuidadora Rosa, que estuvo ahí apoyándonos  y cuidando de ti. Siempre te querré Rosa, por tu buen hacer y amistad”.  
En estos momentos tan tristes, solo nos resta desear a Luli cristiana resignación.

EL ETERNO AGRADECIMIENTO DE LULI A LA RESIDENCIA DE OLEIROS

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