¿Y AHORA QUÉ?

Era un cese anunciado. La destitución de Víctor Fernández en el banquillo del Deportivo estaba cantada. Y posiblemente lo haya estado desde el primer momento en que se conoció el sustituto de Fernando Vázquez después de que el profesor de Castrofeito fuese “liquidado” por el presidente Tino Fernández cuando el equipo había logrado el ascenso.
Me pregunto si en estos momentos, a falta de ocho jornadas para el final de la Liga, esta es la solución más adecuada para el equipo, sobre todo, teniendo en cuenta el calendario que los blanquiazules tienen por delante.
Nada menos que cinco salidas: Real Sociedad, Málaga, Elche, Athletic y Barcelona mientras que en Riazor sólo quedan tres opciones para romper este lío en el que se ha metido el club. Por aquí pasarán el Atlético de Madrid, Villarreal y Levante. Juzguen ustedes mismos. La gota que colmó el vaso ha llegado con la visita del Córdoba al estadio de Riazor. Sin duda, el partido era clave para seguir soñando con castillos en el aire. Pero, como suele pasar siempre o casi siempre, cada uno tiene lo que se merece. Pero todavía hay quien cree en los milagros. Y se llega a pensar en que la historia siempre resulta caprichosa.
Los deportivistas lograron la pasada campaña un ascenso avalado por los nefastos marcadores de sus más directos rivales.
Dicho de otra forma, el Depor fue el menos malo de todos. Y ahora se cree que las cosas sucederán a la inversa y que los regalos del Eibar, Levante, Elche, Almería, Granada y Córdoba permitirán mantener la categoría. ¿Motivos? Los de siempre: los goles. Si no marcas no se pueden ganar partidos. Si fallas una y otra vez ante el meta rival, siempre lo acabarás pagando. Con 30 jornadas disputadas, sólo se han ganado 6 partidos, 4 de ellos en casa.
Me parece un dato desolador. Como desolador me parece escuchar a Víctor Fernández decir que los constantes ultimátums de la cúpula del club le han supuesto una pérdida de energía brutal, un desgaste tremendo, una pelea contra todo, sin olvidarse en su despedida, de ese clima tan brutal y convulso que existe en La Coruña entre la afición y el club originados, en su mayor parte, por los tristes incidentes de Madrid.
No le falta razón. Pero tampoco la culpa es solo suya. Hay que repartirla. Y saber hacerlo. Y otro Víctor, Sánchez del Amo, ex jugador deportivista, será el sustituto del técnico maño.
Lo tiene muy crudo, pero le deseo la mayor suerte del mundo. 

¿Y AHORA QUÉ?

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