El “Orgullo Koruño” se queda huérfano

El éxodo de Lucas Pérez a la Premier, en este caso, para defender los colores del Arsenal, era una marcha anunciada. Con ello se rompe el vínculo del “Orgullo Koruño” que el ya ex 7 blanquiazul mantenía con Álex Bergantiños en las camisetas que el club oferta en su tienda oficial. La salida del coruñés al fútbol inglés venía derivada de las ambiguas declaraciones del nuevo técnico blanquiazul Gaizka Garitano a las que habría que añadir las del propio Lucas y personal con mucha credibilidad dentro del club.
Tampoco voy a decir que me alegro de la marcha de Lucas aunque hay quien, incomprensiblemente, lo tacha de mercenario y otras lindezas que mejor prefiero obviar. Que no es mi caso. Mirando el tema deportivo, lamento su decisión, aunque sí comprendo sus deseos de mejorar económicamente en una profesión donde los años (Lucas tiene 27) pasan volando y lo lógico es aprovechar las ofertas que el destino le coloca en su camino y que le sirven para mejorar sustancialmente su futuro. Yo no me lo pensaría. Y seguro que usted, amigo lector, tampoco.
Suele decirse que nunca hay nadie imprescindible, pero el de Monelos era el hombre franquicia en un club y una plantilla que dependía mucho de su personalidad, de su juego, de sus goles, de su curro, de su esfuerzo, de su rabia, de su amor por los colores que defendía… Quisiera dejar claro que ojalá no lo echemos de menos. Eso significaría que el equipo viajará por la Liga sin problemas y sin agobios en una campaña que, como todas, se presenta complicada para un Deportivo que, lógicamente, su gran preocupación es mantener la categoría.
El trabajo es ahora para el técnico porque tendrá que hilar fino para conseguir el objetivo. Por lo que hemos visto en estas dos jornadas disputadas, el equipo no estuvo todo lo fresco en ideas que uno desearía. Costó un riñón salvar con éxito la visita del Eibar y se acabó arañando un punto en Sevilla ante el Betis donde ahí sí se puso de relieve que falta rodaje y mucho trabajo, que cuesta una enormidad llegar al área rival con peligro y donde habrá que ver si Andone, el supuesto sustituto de Lucas en esa posición tan solitaria y exigente, será capaz de aguantar semejante pulso ante la defensa rival. Honestamente, pienso que no. Y Garitano deberá replantearse el cambio de rumbo. Andone puede tener, posiblemente, otras virtudes que no tenía Lucas, pero insistir en esa lucha ante el enemigo de turno es condenarlo al fracaso.

El “Orgullo Koruño” se queda huérfano

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