LUIS FERNÁNDEZ, UN ECOLOGISTA EN SAN AMARO

Cuando apenas faltan un par de meses para la llegada del verano, la limpieza de las playas coruñesas cobra actualidad y una palpable preocupación por el mal estado que se puede apreciar en alguna de ellas, como es el caso de la de San Amaro. Bañarse en esta playa puede generar sorpresas desagradables si los responsables de su saneamiento no toman cartas en el asunto de forma urgente. Los problemas que se aprecian son importantes. Y todos de limpieza, de civismo y sobre todo, de educación.
Luis Fernández es un paisano coruñés de 78 años que todas las mañanas, y ya lleva 35 años, se dedica a retirar todo tipo de basura que el mar escupe sobre la arena. Es igual que llueva. Que haga calor. Que truene. Luis no suele fallar. Llega en su moto, una Suzuki de los tiempos de Machín, que sólo verla, da pavor subirse a ella. Se pone su traje de baño, su camiseta, su gorra, coge su inseparable gancho de madera con el que inicia su sacrificada tarea de adecentar la playa retirando de la orilla del mar y de la arena, maderas, troncos, cañas, desechos fecales, residuos industriales, algas, redes, aparejos, ratas, gallinas muertas, gaviotas, gatos, jeringuillas...
No doy crédito a lo que me cuenta. Luis teme lo peor si esta situación no se reconduce y alarma de que se puedan producir infecciones, “porque a la playa vienen a jugar muchos niños”. También habla de la juventud. Los que de forma esporádica hacen botellón en el lugar y no recogen toda su batería de bebidas y alcohol que consumen en sus noches de placer. “Yo no estoy contra ellos. Pero lo lógico, en una sociedad donde la falta de civismo entre algunos de estos chicos es una de las asignaturas pendientes, es que cuando se acaba la fiesta, piensen en los demás y dejen la playa limpia”.
Este caballero, muy grande en su generosidad que puede convertirse en más que una actitud  en un estilo de vida, está soltero y en sus tiempos mozos trabajó en una heladería, una colchonería y una librería. El suyo, es un grandioso ejemplo de señorío aunque a veces se siente “desbordado en su esfuerzo” y por el egoísmo de quienes miran para otro lado dando la espalda a la realidad. Este ecologista vocacional y digno de las mayores alabanzas, concluye su jornada trotando un buen rato por la playa y dándose un baño en las frías aguas de San Amaro. Y hasta el día siguiente.

LUIS FERNÁNDEZ, UN ECOLOGISTA EN SAN AMARO

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