Un Atlético con inmunidad arbitral

Después de la inesperada derrota del Deportivo en Málaga no está el horno para bollos. El 2-0 de La Rosaleda fue un palo para la afición deportivista que esperaba más de los jugadores que dirige Víctor Sánchez. Sin embargo, tampoco vamos a echarle más leña al fuego. Nos habíamos hecho muchas ilusiones con este nuevo Deportivo que inició la temporada ofreciendo muy buenas sensaciones. Pero debemos acostumbrarnos a que no siempre es posible ganar. A que no siempre las cosas salen como uno quiere porque también enfrente hay un rival que hará lo imposible para amargarnos el día. Y ese rival llega hoy. Nada menos que el Atlético Madrid dirigido por el tosco Simeone y que su equipo suele tener, con excesiva frecuencia, una aparente inmunidad arbitral para castigar el juego duro y agresivo de sus futbolistas. El Depor visita después al Levante y recibimos al Celta, allá para el 22 de noviembre. Un calendario que puede tener una repercusión tremenda si las cosas no recuperan su normalidad.  
De ahí la importancia del choque de esta noche. Soy de los que acostumbro a decir que el pasado siempre vuelve. Y no me refiero a la agonía vivida en la anterior temporada aunque en el choque de Málaga hubo algunas secuencias que me hicieron recordar actuaciones tan desagradables como aquellas. Pero quiero y deseo vivir el presente. Porque hay mentalidad ganadora. Hay que recuperar la presión y la creatividad de ese fútbol que nos ofreció puntos y muchas alegrías. Es cierto que el rival tiene tela. Lo que más temo de los madrileños es su dureza, aunque la ausencia de Mandzukic y Diego Costa, “debilita” esa religión futbolística que se predica desde el banquillo. Volveremos a ver a un Fernando Torres que vive con más pena que gloria este inicio de campaña, y que parece destinado a chupar mucho banquillo si el excéntrico Simeone, convencido de que está por encima del bien y del mal, no busca otras soluciones a sus discutidos planteamientos. 
En La Coruña, con el permiso de Víctor Sánchez, confiamos en que Oriol Riera, por fin, vuelva a ser letal. Que Lucas Pérez recupere su hegemonía. Que Mosquera demuestre su talento. Que viendo a Lux nadie recuerde a Fabricio. Que Borges recobre su fuerza mental. Que Faiçal se redima en Riazor. Que Luis Alberto restablezca su ingenio. Que Fede Cartabia encuentre  premio a su trabajo. Que Juanfran luche por ser más perfecto. Que Laure, Arribas, Sidnei y Navarro muestren su poderío defensivo. Si estas premisas se cumplen, este Deportivo no puede fallar.

Un Atlético con inmunidad arbitral

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