Resurge la eutanasia

Los españoles aceptan mejor la eutanasia que el aborto, al igual que en otros países de nuestro entorno europeo. Así al menos cabe deducirlo del Estudio internacional de Valores elaborado por la Fundación BBVA.

De acuerdo con la investigación, en una escala del 0 al 10 la interrupción voluntaria del embarazo estaría en nuestro país en una situación de aprobación del 5,56, mientras que el nivel de aceptabilidad de acelerar la muerte con ayuda médica a enfermos en fase terminal llegaría al 7,35. El caso es que sobre la persona que va a nacer y la que va a morir se aplican estos dos instrumentos inhumanos contra su dignidad.

La eutanasia figura entre los llamados nuevos derechos que PSOE y Podemos se aprestan a aprobar en el eventual nuevo Gobierno de coalición. Está incluida en  el punto 5 del documento que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firmaron a prisa y corriendo antes de darse el pseudo fraternal abrazo de hace unas semanas.

La cuestión no es nueva. En realidad ha estado y está en el programa de todos los partidos de izquierda y no sólo de ellos. Ciudadanos se ha manifestado también partidario de su regulación y despenalización.  Es de esperar, pues, que cuando el debate, hoy un tanto dormido,  se suscite, cuestión de tal alcance ético como ésta cobre primera línea de presencia pública.    

Ante la probabilidad de que así sea y prospere, el tema formó parte de la agenda de la reciente asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, en la que  se aprobó un documento al respecto, cuyo contenido será presentado no tardando. Ha sido elaborado por monseñor Mario Iceta, obispo de Bilbao y médico. Lleva por título “Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida”.

Por lo que se ha adelantado, el texto refleja cómo el debate actual sobre la eutanasia y el suicidio asistido es planteado como una cuestión  ideológica, desde una determinada visión antropológica. Y este pensamiento –entiende-  olvida que la dignidad de la persona radica en el hecho de ser humano, con independencia de cualquier otra circunstancia, incluida la salud, la edad o la capacidad mental o física.

Para el secretario general y portavoz de la CEE, monseñor Luis Argüello, se trata de un documento sencillo e importante, articulado a través de preguntas y respuestas, que pretende replicar a la idea de que hay vidas que no merecen ser vividas y que es mejor morir que sufrir y hacer sufrir. Es al tiempo una propuesta a favor de los cuidados paliativos.

Es de recordar, finalmente, la declaración conjunta –finales de octubre- de las tres religiones monoteístas abrahámicas (cristianos, judíos y musulmanes) , en la que reiteran que eutanasia contradice el valor inalienable de la vida humana y destacan también los grandes avances hechos en el campo de los cuidados paliativos, capaces –subrayan- de proporcionar un apoyo integral a pacientes terminales y familias.

 

Resurge la eutanasia

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