Fuera de tiempo y lugar

Cuando las llamas devoraban una de las  más señeras referencias del patrimonio cultural y religioso mundial,  y cuando todas las grandes cadenas, incluso del otro lado del Atlántico, conectaban con París para ofrecer en directo imágenes del terrible incendio de Notre-Dame en horas de máxima audiencia y en los momentos más críticos del siniestro,  TVE  ofrecía a través de su canal en continuo 24 Horas un debate electoral  en catalán y con traducción simultánea al castellano. Insufrible –pienso- para buena parte de la audiencia.

Comparecían los candidatos de las formaciones políticas con representación en el Congreso de los Diputados que dentro de unos días concurren en Cataluña a las elecciones generales.  Seis en total. Hora y media de duración. Ya rozando la madrugada, Prado del Rey seguía con el tema con un programa complementario  de análisis, si bien sólo en conexión para aquella comunidad, mientras  el espacio La Noche 24 H  se dedicaba ya  a la gran y triste noticia de la jornada. Los momentos críticos del suceso habían pasado.

Pensada como en teoría está dicha emisión para dar y analizar las claves informativas del día, parece claro  que con el debate electoral de marras TVE no estuvo  a la altura de las circunstancias.  Y es que, al decir de historiadores y otros expertos,  Notre-Dame es mucho más que una hermosa catedral; más que un monumento inmenso.  Es o era museo y encarnación de la Historia; espejo de las épocas que la han acompañado a lo largo y ancho de nueve siglos.  Con ella estaba ardiendo buena parte  de la historia de Occidente. 

Así las cosas,  no se entiende cómo el debate en cuestión no pudo ser aplazado, siendo como a esas horas era un asunto menor.  O grabado y emitido luego en diferido en mejor momento y ocasión. Da la impresión de que es intocable el corralito que los partidos políticos se tienen montado –antes y ahora- en La Noche: sólo política y sólo políticos. O casi. 

El caso es que, como dice el refrán popular, entre todos la mataron y ella sola se murió. Porque tampoco ha sido pequeño el golpe que el propio Pedro Sánchez habría dado a la ya menguante cadena pública con el pretendido traslado del en teoría gran debate electoral del martes, con presencia de candidatos de cabecera,  al plató privado de la empresa que le editó el libro de Confesiones.

Ferraz y Moncloa se remiten  a un  mandato de la Junta electoral, según el cual no sería posible la presencia de Vox por no tener en la actualidad representación parlamentaria. Pero en verdad  lo que  le interesa al candidato Sánchez es tener en frente y juntos a la “foto de Colón” para así airear sus diferencias y sus pretendidas involuciones,  mientras él sigue presentándose como pasmosa referencia única de la moderación. 

Fuera de tiempo y lugar

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