Congreso a toda prisa

no le falta razón a la nota hecha pública por la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría (SSS) cuando dice que lo peor del polémico video no es tanto el título (“Cuéntame cómo vais a renovaros”) cuanto la amenaza que conlleva el “Continuará” con que se cierra la cinta.
El video en cuestión es técnicamente bastante elemental, pero desde el punto de vista de la comunicación resulta bastante eficaz porque viene a poner de relieve, con la fuerza de la imagen, cuáles son y han sido los apoyos de la ex vicepresidenta desde que empezó a despuntar y tener protagonismo en las políticas del PP a la sombra de Mariano Rajoy.
Es de suponer que con el beneplácito de éste, SSS supo ir colocando en los escalones altos y aledaños de Moncloa a una serie de responsables políticos muy de su confianza; los célebres “sorayos” que la han blindado gubernativamente y que en estos días trabajan a plena luz del día y de la noche a favor de su candidatura.
Supo también la vicepresidenta blindarse en el sistema mediático, con decisiones como la creación que se le atribuye de La Sexta, letal verdugo televisivo del PP. Y no hace falta tirar de mucha hemeroteca para comprobar los poquísimos rifirrafes políticos públicos en que se ha visto inmersa.
Del fracaso de la misión que se encomendó en Cataluña habrá, a mi juicio, que disculparla, porque ya se está más que viendo lo irreductible del independentismo y porque era este un cometido que debió haber sido gestionado personalmente por el propio Mariano Rajoy, una vez más huidizo en cuestión más que importante.
De todas formas, que en un congreso llamado de la renovación y/o refundación SSS se vea rodeada del veteranísimo maniobrero Javier Arenas, del terror fiscal de Montoro y de la políticamente impresentable Celia Villalobos, no supone la mejor tarjeta de presentación. En ese sentido el video famoso ha hecho pupa. Pero así es.
Por otra parte, da toda la impresión de que Génova ha querido desde el minuto uno dar galletazo o “cachetada fuerte” al congreso: ni doble vuelta efectiva, ni debate entre los finalistas, ni candidaturas por separado. Celebrado para el lema “El futuro de España”, será el más corto de la historia del PP. En menos de veinticuatro horas quedará despachada la sucesión de Rajoy.
Ciertamente, ello urge. Por una parte, para no dar más pábulo a lo que pueda parecer guerra sucia entre los candidatos, que sólo favorecería a la carnaza mediática. Y sobre todo, para empezar a ejercer como cabeza de la oposición. Porque al paso de vértigo con que se está moviendo Pedro Sánchez, como el PP se enrede mucho en el postcongreso, cuando quiera hacerse con los papeles en las cámaras legislativas no va a quedar piedra sobre piedra de su paso por Moncloa.

Congreso a toda prisa

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