A xente do común votó con sentido común

La primera palabra que debemos escribir hoy es gracias. La primera, y casi la única. A la vista de cómo han encajado algunos los resultados electorales del pasado domingo, un respetuoso agradecimiento es lo más sensato, lo más prudente. Lo único que nos pide el cuerpo a día de hoy.
En el Partido Popular estamos satisfechos. Con 17.224 votos más que en las municipales de 2015 y con los más de siete mil que Xulio Ferreiro se ha dejado por el camino, solo cabe una lectura: la ciudad está pidiendo un cambio y le está dando la espalda al matrimonio de conveniencia de la Marea y los socialistas. Por más que se quieran retorcer las cifras, los unos y los otros suman 2.300 votos menos que el PP. Pero allá ellos, sus extrañas relaciones y sus chuscas interpretaciones.
Lo cierto es que la verdadera marea ha sido la de votos que obtuvo el Partido Popular el 25 de septiembre. Tres mil más que los que respaldaron la mayoría absoluta de 2011. Todos los distritos coruñeses se han teñido de azul. La papeleta con las siglas del PP fue la ganadora en diecinueve de cada veinte mesas. Por eso, permítanme que insista, gracias. Hemos trabajado duro. Nuestros militantes y nuestros voluntarios se han dejado la piel. Los resultados vienen a refrendar algo que llevamos tiempo escuchando en las calles, en los barrios, en las plazas: los coruñeses ya están cansados de la ineficacia, el sectarismo y las mentiras de Ferreiro. Ahora, a toro pasado, también estamos cansados de las salidas de tono, de los insultos en conferencias y de las rectificaciones que llegan tarde e incompletas. No basta con pedirle perdón al socio preferente por llamarle orco. Echamos de menos el perdón –el de verdad, el de corazón– a los funcionarios, a las asociaciones de vecinos, a los ciudadanos. Hay disculpas que suenan falsas de toda falsedad, y que retratan a quien las ofrece.
Hemos salido a la calle y hemos conectado con los coruñeses. Porque en el Partido Popular sí escuchamos los mensajes, los analizamos y los asimilamos. Nos pidieron humildad, y con humildad hemos recorrido cada rincón. Nos pidieron sentido común, y a la xente do común le hemos dado el sentido y la palabra. Nos pidieron estabilidad, y Galicia se asegura el crecimiento y el progreso al menos hasta 2020. 
Nos están pidiendo que volvamos, pero en realidad nunca nos hemos ido. Siempre hemos estado muy pegados a los coruñeses. Tenemos más respeto que prisa. Nos preocupa el deterioro de nuestra ciudad y no nos divierte su quebranto, pero sabemos cuál es nuestro papel. Y lo vamos a desempeñar, le pese a quien le pese. Nuestro sitio está entre la gente, apoyando a los que sufren y denunciando a los que avasallan. Caminando, con paso firme y la mano tendida.
*Rosa Gallego es 
portavoz municipal del PP
 

A xente do común votó con sentido común

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