Amiguismo, sí, amiguismo

El asunto de los “pisitos” estaba condenado al escándalo. Desde que afloraron los primeros detalles del proceso por el que el Gobierno de la Marea compró seis inmuebles dentro de su supuesto plan de vivienda, el Partido Popular advirtió una y otra vez de que el expediente estaba plagado de irregularidades. Pero cuando la otra parte no quiere escuchar porque los objetivos que tiene son otros, las cosas acaban como acaban. 
A cada novedad, la desfachatez crecía. Los pisos no cumplían las condiciones. Alguno ni siquiera era vivienda. Otros no daban la talla. Sin embargo, lejos de dejar fuera a quienes no cumplían los requisitos, aceleraron el proceso de manera que en dos días los contratos de venta de los pisos estaban cerrados y pagados. Un caso único de máxima agilidad en la gestión de la Marea que tan acostumbrados nos tiene a dilatar los tiempos en cualquier expediente. Pero en este apuraron lo suyo. 
Pero había un dato fundamental: uno de los elegidos y beneficiados de tal compra era firmante del manifiesto fundacional de La Marea. Había llegado a protagonizar un mitin con el propio Xulio Ferreiro, había participado –y cobrado- como ponente en un seminario municipal sobre consumo y en la actualidad trabaja en Cataluña como asesor de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. 
Visto todo el proceso y estudiado el expediente, lo denunciamos. Y desde el PP convocamos un pleno extraordinario y hasta tres comisiones de transparencia. La respuesta de Ferreiro fue la descalificación. El insulto. Él y todo su aparato propagandístico nos acusaron de mentir. De difamar. Se enrocaron en su defensa de lo indefendible y aceleraron el proceso de manera que en dos días los contratos de venta de los pisos estaban cerrados y pagados. El único caso de agilidad en la gestión de la Marea que tan acostumbrados nos tiene a dilatar los tiempos en cualquier expediente. Pero en este apuraron lo suyo. 
Llegados a este momento, con un insoportable olor a ilegalidad el expediente llegó al Consello Consultivo. No lo hicieron voluntariamente. Tuvimos que forzarlos desde la oposición a que lo hicieran. Ahora quieren dar imagen de transparencia, la que no tuvieron en todos estos meses. No nos dejaremos engañar ni dejaremos que mientan a los coruñeses. Esta semana llegó la resolución, que es vinculante y de obligado cumplimiento: la venta de los dos pisos del amigo firmante es nula. Hasta el amigo se ha enfadado.
Pero el capítulo más sucio de toda esta historia llegó con el golpe de guillotina a la cabeza de turco. El cese, disfrazado de dimisión, de la jefa del servicio de Rehabilitación y Vivienda es una vergüenza. Calificar lo sucedido de cadena de errores es reírse de todos los coruñeses y sobre todo de una cobardía política sin precedentes el insistir una y otra vez que estamos ante un error de los técnicos. Que a esta hora Xiao Varela y Alberto Lema mantengan sus puestos es un escándalo. El mayor de los muchos protagonizados por La Marea. Los trabajadores de una administración pueden cometer errores, claro, como todos, pero las responsabilidades políticas, que en este caso las hay y muchas, son de los concejales y el alcalde. Pretender esconderse tras el funcionariado es de personas con muy poca ética moral. 
Dimos la cara al principio y vamos a ir hasta el final. Pondremos el asunto en manos de la Justicia y lo someteremos al arbitrio de todos los coruñeses, obligando al alcalde a dar la cara y las explicaciones ante el Pleno. Valor, alcalde. Por lo menos, valor. 
 

Amiguismo, sí, amiguismo

Te puede interesar