¿Adónde nos quiere llevar Xulio Ferreiro?

S ería interesante que algún organismo demoscópico fuese capaz de cuantificar la frustración que sienten los votantes de la Marea. Es indudable que pocos de aquellos que convirtieron al partido de Ferreiro en el segundo más votado en la ciudad sospechaban, ni de lejos, que estaban dando su confianza a un evangelista del apoyo a los separatistas en Cataluña. Quizá la evidencia haya cogido de improviso también a quienes lo mantienen en el puesto al mismo tiempo que piden espacio en el bando de los que defendemos la ley y la Constitución.
Ya es grave que un alcalde trate de ocultarse entre las nieblas de la tibieza en un asunto tan trascendente. Los coruñeses, por abrumadora mayoría, lo tenemos rotundamente claro. Más inquietante resulta, si cabe, que ese respaldo a quienes se saltan las leyes y cuestionan la Justicia proceda de un licenciado en Derecho, juez suplente y profesor universitario en excedencia. ¿Puede exigirnos que observemos las normas un alcalde que apoya a los que se han saltado las reglas, empezando por la madre de todas ellas? ¿Está dispuesto a volver a su puesto y dictar nuevas sentencias? ¿Será capaz de regresar a la facultad a impartir docencia? 
La ambigüedad impostada desde la que trata de escabullirse no tiene perdón. Tampoco ese localismo a la carta al que trata de aferrarse cuando no le conviene el escenario. No, señor Ferreiro. No nos venga ahora con que lo suyo es preocuparse por A Coruña, cuando es evidente que de A Coruña lleva más de dos años despreocupándose. Recuerde, y recuerden al tiempo quienes aún le dan cobertura, que usted corrió ligero a Zaragoza como alcalde y más allá a ponerse detrás de la pancarta y apoyar a los separatistas catalanes. No nos representa.
Y si por inescrutables razones le falla la memoria, repase las redes sociales de las que tanto se alimenta en depende qué circunstancias. No le costará encontrar la postura y el “postureo” de su propio partido, replicado a coro y con fruición por la inmensa mayoría de sus concejales. Está de moda la cobardía. Es tendencia de otoño. Pero A Coruña no apoya a traidores que huyen o, en su defecto, juegan al escondite. 
Coraje, señor Ferreiro. Le va a hacer falta para responder al Pleno cuando le preguntemos a quién apoya realmente. Contestó con evasivas en el Pleno de octubre. Ahora ha ido más allá, cerrando filas con sus líderes Iglesias y Colau. Le pedimos que rectifique. 
Díganos de una vez por todas qué demonios es Marea Atlántica, de quiénes se ha rodeado para urdir sus planes y adónde quiere llevar a nuestra ciudad. Sáquese un peso de encima, échele valor y descúbrase ante sus vecinos. Dormirá más tranquilo.
 

¿Adónde nos quiere llevar Xulio Ferreiro?

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