A Coruña, contra viento y Marea

Que la Xunta, la misma que acaba de rescatar los muelles de Batería y Calvo Sotelo, apuesta por A Coruña no admite ya ningún género de dudas. Los números, esa sólida tapia contra la que se estrellan las demagogias, son rotundos. Si el presupuesto del Gobierno gallego aumenta en términos generales un seis por ciento, en el caso de nuestra ciudad lo hace en un 28 por ciento. No hay más preguntas, señoría.

La Xunta destina a la ciudad más de 67,5 millones de euros. Dicho de otra forma, mete en el bolsillo de cada coruñés más de 270 euros; el doble de lo que promete el Ayuntamiento. Pero lo hace, además, con criterios de justicia social, equilibrio y racionalidad.

Con actuaciones concretas, con nombre y apellidos. El plan director del Chuac, el colegio de Novo Mesoiro, la residencia de la Tercera Edad en Eirís o Amizar, el proyecto que le devolverá a la ciudad la antigua sede de Sanidad en Ronda de Nelle, son cuatro ejemplos incontestables.

Podrían ser más. No lo son porque sistemáticamente el Gobierno de la Marea se ha encargado de sembrar el camino de tachuelas. La estación Intermodal acumula un retraso que pone en riesgo su propia financiación desde Europa. Un capricho de Xulio Ferreiro, el mismo que lleva años empeñado en que los vecinos de La Falperra sigan sin el nuevo centro de salud en el mercado de Santa Lucía que tienen más que merecido. Ya sabemos: al enemigo, ni fiestas, ni tartas con sorpresa machista.

Pese a las trabas, A Coruña afronta 2018 con quince millones más que este año. La Xunta demuestra su compromiso y lo desarrolla al instante. El colegio de Novo Mesoiro salió a licitación al día siguiente de que el Ayuntamiento aprobase la cesión de la parcela. La Xunta tiene prisa por mejorar la vida de los coruñeses. La Marea solo demuestra interés por el pataleo y la algarada.

Se ha acabado el victimismo. La Fábrica de Tabacos lleva meses siendo el orgullo de los coruñeses, los mismos que lleva esperando a que los intrusos digan qué demonios pretenden hacer con los 3.000 metros cuadrados que tienen a su disposición. Víctimas, señor alcalde, somos todos los que pagamos de nuestro bolsillo el alquiler de locales por su desidia. La Xunta cumple. ¿Puede usted decir lo mismo del Ayuntamiento sin ponerse colorado? La Marea Atlántica pinta unos presupuestos y busca cómplices, pero su ejecución siempre queda en el aire.

No bloquee y deje de poner palos en las ruedas. Ya ni siquiera le pedimos que haga algo. Dos años y medio después certificamos que eso es imposible. Le rogamos, le exigimos, que se haga a un lado y facilite que A Coruña progrese. Visto lo visto, nos conformamos con que se enfrasquen en sus “municipalismos sumidos en una continua autorreflexión” (sic) y dejen sitio a quienes se remangan para construir ciudad.

A Coruña, contra viento y Marea

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