Las condiciones del PSOE

Es cierto que haga lo que haga el PSOE en la actual coyuntura puede ser nefasto para sus aspiraciones de renacimiento, y no digamos para su imagen en el presente, pero también puede ser que no hacer nada sea más nefasto todavía. Así lo consideran siete de cada diez de sus seguidores, quienes no verían con malos ojos que proporcionara su apoyo, mediante la abstención, a la investidura de Rajoy, a cambio de contraprestaciones que aliviaran la presión del dogal con que el anterior Gobierno casi estrangula del todo a los españoles, y a muchos de ellos del absolutamente.
Se trataría de hacer algo que agradecerían un buen número de ciudadanos que se mueven en el espectro que va de la izquierda moderada a la derecha civilizada, siquiera por sacudirse de una vez la murga que desde hace siete meses les dan unos políticos a los que no parece animar el propósito del bien común. Vista así, esa posibilidad no parecería en aberrante, ni imposible, pero cabe dudar de que la mezquindad de unos y otros permitiera materializar honorablemente y en beneficio de la nación ese cambalache.
¿Qué podría o debería pedir el PSOE a cambio de su abstención? Como mínimo la derogación de la Lomce, de la reforma laboral y de la Ley Mordaza. Así mismo, un compromiso para devolver lo extraído de la hucha de las pensiones y para restaurar lo recortado en las prestaciones sociales. Con eso, el PSOE quedaría en la oposición vigilando su cumplimiento y siendo, con sus 85 diputados, su garante. 

Las condiciones del PSOE

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