El momento es fascinante

Sin que esto sea descubrir América, los días que estamos viviendo pueden ser decisivos para el futuro de España y de Europa, con motivo de las primarias del PSOE y de la elección de Macron como presidente de la República francesa. Me encanta, no lo puede evitar, vincular de esta manera a España con Francia, a Francia con España. Lo vamos a ver en el corto espacio de tiempo que viene con la elección de uno de los tres candidatos a la secretaría general del PSOE y con las elecciones legislativas en el país vecino. Ambos acontecimientos van a marcar aquel futuro y la etapa que ahora viene traerá las claves de lo que vamos a vivir y el descubrimiento de los hilos que relacionen de alguna manera los dos acontecimientos. Desde ahora mismo puede afirmarse que tales hilos existen y que el primero es la estrecha relación de ambos con la definitiva transformación y superación del mapa político-ideológico de Europa, por mucho que sea cierto que esa superación no afecte a Alemania, donde los dos grandes partidos de la derecha y de la izquierda siguen siendo los que eran.
Quizá porque ambos han sabido mantener el nivel que otros no supieron o no quisieron mantener.
Lo de Francia es un ensayo para descubrir qué les depara a nuestros vecinos la caída del gaullismo+socialismo como ejes de la vida política durante tantas décadas. El gran país de las grandes lecciones políticas desde el siglo XVIII tendrá ahora que demostrar si continúa a la cabeza del creacionismo ideológico o si se alinea con el vulgo de las naciones normalitas. Bastante dependerá de su acierto en el nombramiento de primer ministr@. Lo va a tener difícil, con un presidente sin gran experiencia ni bagaje político-ideológico, aunque con la frescura de su juventud y su modernidad. Y por delante lleva el título de haber dejado en la cuneta a la líder del neofascismo. Y en España la encrucijada del PSOE es muy difícil y la izquierda reza por Pedro, la derecha por Susana, y nadie sabe ni quiere andarse con muchos disimulos. Y ni siquiera tenemos la compensación de un más alto grado de imparcialidad en el panorama de los medios, o por lo menos de equilibrio. En cualquier caso, el momento es fascinante, la pugna Susana-Pedro es enloquecedora y los españoles se juegan todo o casi todo, en política, a una carta. Dios nos ampare.

El momento es fascinante

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