TIGRES O LEONES

En esta nueva sociedad hiperexpresiva, necesitada de gritar a los cuatro vientos cuanto se le pasa por la cabeza, que uno no haga al mundo partícipe de sus opiniones está mal visto. Si no te significas, no existes. Es obligado posicionarse. PSOE o PP, Madrid o Barça, monarquía o república, tigres o leones. Porque con la opción escogida llega la paradoja de las etiquetas; imprescindibles, al parecer, para poder relacionarnos. Mientras se apela a la libertad para pensar, vestir, tratarse y decidir se clasifica a las personas en función de sus ideas y sus gustos. Libres y encasillados.
Esta semana, y las que vendrán, toca agitar la bandera tricolor o tatuarse una corona en el pecho. Dice la lógica popular de las calles y las redes sociales que si no votaste la Constitución del 78, estás harto del panorama político, apoyas el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad y defiendes la sanidad y la educación públicas tienes por fuerza que desear que Felipe VI se quede en hipótesis. Si no, eres un fraude. Por lo visto, el pensamiento abierto del que tanto hacemos gala no abarca todavía la posibilidad de que, como buenos humanos, seamos incoherentes. O volubles. O, simplemente, tengamos más de una identidad.
Somos la suma de muchas facetas que se imponen en función del momento. Pensar lo contrario es reducirnos a seres planos. Podemos vibrar con el rock y apasionarnos con la ópera; ver cine japonés y reírnos de los chistes más absurdos; ser madridistas y no soportar a Mourinho; llevar traje y viajar en moto: adorar la playa y no tocar el mar. Y ser de izquierdas y pensar que la monarquía es el menor de nuestros males. O al revés. O incluso no plantearnos qué sistema de gobierno preferimos mientras las diferencias entre ellos no impliquen que perdamos la capacidad de acudir a las urnas cada cierto tiempo.
A veces no tomamos partido. Nos dejamos llevar y aceptamos lo que hay sin perder el sueño. Quizá porque elegimos nuestras batallas. Quizá por pura desidia. O por falta de información. Quizá no tenemos una opinión sobre absolutamente todo. Aunque eso nos haga menos interesantes.

 

TIGRES O LEONES

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