EL SABER NO OCUPA LUGAR

Aunque el saber no ocupa lugar, sí parece incomodar a algunas personas que prefieren ignorar lo que, por su cargo, preparación y responsabilidad no debieran desconocer. Me refiero a casos como el de las tarjetas black, que por sí mismo supone un bochorno para nuestro sistema financiero y político.
Pero lo peor son las explicaciones que han dado los implicados, afirmando que ignoraban el concepto exacto a que respondía el gasto efectuado o la forma en que debía tributar a la hacienda pública.
Lo que resulta inverosímil en personas con alto grado de conocimientos financieros y fiscales se convierte en temerario en exministros y exsecretarios de Estado de Hacienda o en inspectores fiscales, como Rato o Blesa.
Que los jefes y máximos responsables de la entidad financiera y de la Agencia Tributaria digan que no sabían qué eran exactamente las tarjetas y cómo debían tributar, significa que se han vuelto ignorantes de conveniencia.

EL SABER NO OCUPA LUGAR

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