“Reforma sí, reforma no”

¿Es necesario reformar la Constitución? Es una pregunta que estos días se plantea con insistencia a cuenta de su cuadragésimo aniversario. Y es que cuarenta años son casi dos generaciones.

En mi opinión la Constitución se puede y se debe modificar para mejorarla porque nuestra sociedad ha cambiado, hay nuevos problemas, nuevos desafíos, y sobre todo porque un texto legal tiene que dar respuesta adecuadas a su tiempo.

No es que haya que partir de cero, hacer una Constitución nueva, yo diría que la mayoría del articulado de nuestra Ley de Leyes, debe de permanecer, pero sin duda el actual texto se puede mejorar, es decir que sería suficiente con una “puesta a punto”. La única condición que, a mi juicio, los ciudadanos debemos de exigir, para que se modifique la Constitución, es que se haga por consenso. Es decir que antes de abrir nuestra actual Carta Magna en canal sin saber adonde se va, los partidos político sean capaces de acotar en que reformar están de acuerdo y en que reformas pueden llegar a un acuerdo cediendo cada uno algo en sus posiciones. Pero lo que sería una gravísima irresponsabilidad es dar paso a un periodo constituyente sin saber exactamente que se quiere hacer y sobre todo si hay los consensos necesarios para hacerlo.

Si los dirigentes actuales no se ven capaces de reformar la Constitución a través del consenso entonces hay que pedirles que la dejen como está. En primer lugar porque su vigencia es innegable y en segundo lugar porque para estropear lo que ya tenemos mejor no hacer nada. Si se reformara la Carta Magna en el nuevo texto tenemos que caber todos, como hemos cabido hasta ahora, tiene que garantizar que todos somos iguales en derechos y libertades, y no puede dar lugar a que haya Comunidades de primera con más derechos que otras Comunidades En fin, cada cual tiene, tiene su idea de en que dirección se debe de reformar la Constitución, pero desde luego no se puede hacer una reformar para contentar a una minoría disgustando a una mayoría.

Por lo que hemos escuchado a los líderes políticos estos días cuando hablan de la Constitución, se puede constatar que sus planteamientos para su reforma difieren en extremo y que al día de hoy les sería muy difícil acercar posiciones y llegar a un acuerdo.

Así que mientras llega ese día lo mejor que podemos hacer es seguir celebrando la Constitución que tenemos que continua siendo una buena Constitución. Pues eso.

“Reforma sí, reforma no”

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