MÁS QUE CONOCIDOS

Rajoy ha dicho que desde el 20-D hasta ahora los ciudadanos hemos tenido tiempo de conocer a los otros líderes políticos. Y ya puesto no ha dejado títere con cabeza señalando lo que él considera que son los “defectos” de Sánchez, Rivera e Iglesias. Eso sí, se le ha olvidado añadir que los ciudadanos también le conocemos a él un poco más. Le hemos visto sentarse a esperar a que pasaran estos meses ignorando al Parlamento y esquivando su responsabilidad en el torbellino de casos de corrupción que han aflorado. Rajoy ha hecho lo de siempre, es decir, mirar hacia otro lado como si la corrupción no tuviera nada que ver con él.
Eso sí, ahora se le ve contento, convencido de que los votantes volverán a confiar en él una vez que han conocido mejor al resto de los candidatos. Es verdad que conocemos más a Rivera y a Iglesias, y que muchos ciudadanos han podido sufrir una decepción en el caso de Podemos o vaya usted a saber si es todo lo contrario. Los líderes de Podemos nos han dejado un exceso de sobreactuación. Puede que ellos también hayan aprendido alguna lección. Por ejemplo, que las sobreactuaciones terminan cansando por más que den titulares. También se ha hecho más evidente que Iglesias siempre va unos pasos por delante de Sánchez y que ha jugado con el líder socialista a su antojo. Sánchez no debería de haberse engañado: Iglesias no quiere ser el segundo sino el primero. Es decir, quiere hacerse con la hegemonía de la izquierda.
En cuanto a Rivera, su figura ha ido creciendo sobre todo al ser capaz de sentarse con el PSOE para cerrar un acuerdo de gobierno. ¿Y Sánchez? Hemos visto que está dispuesto a dar cuantas batallas sean necesarias. A sus adversarios de dentro del PSOE les va a costar descabalgarle salvo que el resultado de los comicios sea una catástrofe. Es de esperar que Sánchez también haya aprendido unas cuantas cosas. Por ejemplo, que su rival no es el PP ni Ciudadanos, sino Podemos.

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