De lo impodsible a lo difícil

hace unos días, desde la tribuna del Congreso, Pablo Casado sorprendió a propios y extraños rompiendo públicamente con VOX, algo que parecía imposible. Ahora le toca hacer lo más difícil que es convencer al electorado del centro-derecha que encontró refugio en Ciudadanos y al electorado más duro de la derecha que se escapó a Vox que vuelvan a confiar en el PP.
Claro que para eso tiene que acertar en su labor de oposición y nadie se lo va a poner fácil. En primer lugar, desde Moncloa están desplegando una estrategia que consiste en ningunear a Casado e intentar que regrese a la “foto de Colón”. Porque durante el pleno de la moción de censura Casado no solo noqueo a Santiago Abascal sino también al mismísimo Pedro Sánchez. Solo había que observar su mirada durante la intervención del líder del PP. Un Pablo Casado “centrado” es lo que peor le viene a Pedro Sánchez. De ahí que pese a la petición razonable de Pablo Casado para que el “estado de alarma” tenga vigor dos meses y luego el Presidente acuda al Parlamento a informar y en su caso a pedir una prórroga, Sánchez y los suyos no han querido dar ninguna baza al PP, por eso han optado por pactar con Esquerra Republicana. Así se las gastan el Presidente y sus propagandistas monclovitas.
Pero Casado no debería dar un paso atrás en lo que a “centrarse se refiere y tiene que demostrar que el PP es capaz de consensuar las llamadas “políticas de Estado” y por otra continuar ejerciendo su labor de oposición. Pero aún acertando en ambas cosas no será suficiente porque lo que realmente necesita Pablo Casado es que los ahora votantes de VOX vuelvan a votar al PP, y de paso conseguir lo mismo con muchos de los que se fugaron a Ciudadanos.
En realidad la llave para que esto suceda la tiene el mismísimo Santigo Abascal. No hay que engañarse es VOX quién puede impedir que el PP vuelva a gobernar. Es VOX quién en las últimas elecciones le ha quitado más votos y escaños al PP.
En realidad Santiago Abascal cree que VOX puede dar el sorpasso al PP, algo ciertamente difícil, porque una cosa es ser de derechas, de centro-derecha, de ese centro-derecha homologable a los partidos de derecha europeos como la Unión Demócrata de Alemania que preside la señora Merkel y otra muy distinta ser, como lo es VOX, primo hermano del partido de Le Pen o de Alternativa por Alemania. La distancia entre Merkel y Alternativa por Alemania es más grande que la que puede tener con el Partido Socialdemócrata alemán. La prueba es que Angela Merkel gobierna con los socialdemócratas. Pero volviendo a España, si Santiago Abascal cree que puede hacerse con la totalidad del electorado del PP se equivoca. Hay muchos votantes del centro derecha que se quedarían en su casa antes de votar a VOX. La cuestión está en si los votantes de VOX son capaces de regresar al PP.
Claro que en política siempre hay quién prefiere ser cabeza de ratón y por tanto Abascal y los suyos si de verdad quisieran que el próximo gobierno no fuera de izquierdas, entonces tendrían que disolver VOX y pedir a sus votantes que vuelvan a votar al PP. ¿Lo harán? Difícilmente. Están encantados de haberse conocido y disfrutar de su cuota de poder.Así que Casado lo tiene difícil, pero no porque Pedro Sánchez e Iglesias se lo puedan poner difícil, sino porque es su ex compañero Santiago Abascal el que se lo está poniendo casi imposible.  

De lo impodsible a lo difícil

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